Tras las duras advertencias de los grupos de la Resistencia, el premier israelí ha ordenado este martes que los judíos no puedan acceder a la Explanada de la Mezquita Al-Aqsa desde el miércoles y hasta el fin del mes sagrado del Ramadán, el 20 de abril.
De hecho, eso se produce después de que el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), reiterara que los palestinos “continuarán la batalla para defender la identidad de la Mezquita Al-Aqsa frente a la guerra religiosa librada por el enemigo”.
A su vez, el movimiento Yihad Islámica Palestina, advirtió al régimen de ocupación contra cualquier agresión contra el pueblo palestino, asegurando que pagaría un alto precio por cualquier estupidez.
Más temprano, en la misma jornada, en un acto de provocación contra los fieles palestinos, cientos de colonos israelíes irrumpieron en la Mezquita Al-Aqsa bajo la protección de las fuerzas del régimen sionista como parte de la festividad de Pésaj (Pascua Judía).
De hecho, el premier israelí admitió el domingo que el régimen atraviesa una situación difícil en múltiples frentes, por las incesantes protestas contra su reforma judicial, además del conflicto con la Resistencia Palestina en Gaza y el sur de El Líbano, así como las tensiones con Siria.
El mismo domingo, el secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Seyed Hasan Nasralá, y el líder de HAMAS, Ismail Haniya, se reunieron en Beirut (capital libanesa), donde enfatizaron la necesidad de reforzar la “preparación y cooperación” de los grupos del eje de la Resistencia contra la escalada bélica del régimen de Israel.
Las tensiones en la región se dispararon tras varios días de asaltos de los sionistas contra la Mezquita Al-Aqsa en Al-Quds (Jerusalén), y se extendieron rápidamente, con intercambio de cohetes entre Israel y los grupos de Resistencia palestinos en la Franja de Gaza, y entre la Resistencia libanesa y la ocupación.
Además, los palestinos han perpetrado varias operaciones de represalia contra los israelíes, las cuales han dejado varios muertos y heridos.
Desde la ocupación de los territorios palestinos de Cisjordania en 1967, incluida la zona del este de Al-Quds, el régimen de Israel ha ido restringiendo cada vez más el derecho de los palestinos a rezar en la Mezquita Al-Aqsa, el tercer lugar sagrado para todos los musulmanes, y proveen protección a los colonos que realizan rituales judíos en el sagrado recinto, aunque según lo pactado no tienen derecho a hacerlo.
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