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Publicada: viernes, 15 de agosto de 2014 19:48
Actualizada: jueves, 10 de diciembre de 2015 9:57

La guerra de 33 días que lanzó el régimen israelí contra el sur de El Líbano en 2006 fue parte de un complot estadounidense para destruir a la Resistencia, ha asegurado este viernes el secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Seyed Hasan Nasrolá. El objetivo del complot, ha continuado en su discurso con motivo del octavo aniversario de esa guerra, era acabar con la Resistencia libanesa y palestina, derrocar al Gobierno de Siria y sustituirlo con otro amigo y títere de sus intereses, y al final, terminar con la causa palestina. Por lo tanto, ha agregado, la guerra de 33 días tenía dimensiones, objetivos y consecuencias que buscaban menoscabar toda la región de Oriente Medio, en aras de crear un “nuevo Oriente Medio”, como apuntaba la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice. Tras enfatizar que la Resistencia libanesa y palestina son capaces de afrontar los desafíos y las amenazas y acabar con los enemigos, Nasrolá ha recalcado que la persistencia de las fuerzas y el pueblo de El Líbano obligaron la retirada de Estados Unidos y del régimen de Israel y su fracaso en esa guerra. “El enemigo fue derrotado en la guerra de 33 día y será derrotado también en el futuro. Enfatizamos nuestra preparación para luchar y acabar con todos los complots y conspiraciones contra nuestras santidades, nuestro territorio y nuestro pueblo”, ha afirmado. En cuanto a las recientes agresiones israelíes contra la asediada Franja de Gaza, Nasrolá ha indicado que se trata de un nuevo intento israelí-estadounidense para asegurar el dominio de Estados Unidos y el régimen de Israel en la región, acabar con la causa palestina y destruir la Resistencia, en tanto que ésta es capaz de derrotar tal plan. En el marco de ese plan anti-Resistencia, ha señalado, los enemigos tenían planeado derrotar al Gobierno sirio y destruir las infraestructuras de ese país árabe, acabar con la Resistencia en Palestina, El Líbano y Siria, y luego llegar a Irán. De igual manera, ha mencionado los conflictos en Irak, Gaza y Siria y la intención de extender el control de Estados Unidos sobre los recursos petroleros de Oriente Medio en beneficio del régimen de Israel y garantizar así su seguridad. A criterio de Nasrolá, los elementos principales de este plan son los israelíes y los terroristas takfiríes, y tiene como meta la destrucción de todos los países, ejércitos, gobiernos y naciones, y marcar un gran desastre en la zona. A este respecto, ha precisado que el grupo terrorista Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL o Daesh, en árabe) busca imponer, por medio de armas, una nueva situación para los musulmanes y los cristianos de la región. El objetivo de Estados Unidos en su intervención militar en el norte de Irak no se enraíza en brindar ayuda a las naciones de la región, empero garantizar la seguridad y los intereses de Washington y sus aliados, ha puntualizado. Nasrolá ha cuestionado los negocios y las ventas de petróleo por parte de los terroristas takfiríes, y ha exigido a todos los pueblos de la región “tener en cuenta este peligro y amenaza real” y encontrar soluciones para neutralizarlos. Al final de sus declaraciones, Nasrolá ha agradecido a quienes han cumplido con su responsabilidad a la hora de proteger a la Resistencia y marcar su victoria, en concreto a Siria y a la República Islámica de Irán. El 12 de julio de 2006, el régimen de Tel Aviv abrió un nuevo frente de guerra contra Hezbolá en El Líbano y, so pretexto de la liberación de dos de sus militares, lanzó amplios ataques desde tierra, aire y mar contra el territorio libanés. No obstante, gracias a la resistencia de Hezbolá, el régimen israelí se vio obligado a retirarse sin haber logrado ninguno de sus objetivos. tas/ctl/hnb