El ejército israelí concluyó cinco días de simulacro general, en los que cientos de fuerzas especiales de IDF, reservistas del ejército de División de Gaza, el Comando Sur, la fuerza aérea, médicos, enfermeros y bomberos, entre otros, ensayaron los escenarios más pesimistas, en caso de que se registre una guerra con el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS).
Los soldados israelíes también practicaron operaciones de rescate y las maneras de responder a los ataques con cohetes y morteros lanzados desde la asediada Franja de Gaza.
El objetivo del ejercicio es mantener y reforzar la preparación de las fuerzas en el Comando Sur y específicamente en la División de Gaza, para así estar preparados de la mejor manera, en caso de que haya una situación de emergencia verdadera", aseguró el general de brigada Yehuda Fuchs, de la citada división.
“El objetivo del ejercicio es mantener y reforzar la preparación de las fuerzas en el Comando Sur y específicamente en la División de Gaza, para así estar preparados de la mejor manera, en caso de que haya una situación de emergencia verdadera", aseguró el general de brigada Yehuda Fuchs, de la citada división.
El ejército israelí declaró que la maniobra militar fue parte de un ejercicio militar de rutina que había sido planeado con mucha antelación como parte de los programas de capacitación de 2017.
El régimen de Israel cree que tras el fin de la última ofensiva israelí contra Gaza en 2014, HAMAS ha utilizado estos últimos tres años para desarrollar sus túneles y reforzar sus programas de misiles; algo que amenaza la seguridad del régimen de Tel Aviv.
Mostrar a HAMAS como un “movimiento belicista” se ha convertido en la principal doctrina del régimen de Tel Aviv. Uno de los objetivos de esta estrategia, según los analistas, es allanar el camino para llevar a cabo otra ofensiva contra la Resistencia a fin de garantizar su ocupación.
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