El titular de un medio de comunicación chileno señaló, en su edición del día 5 de mayo: “Senado chileno aprueba proyecto de acuerdo para que el presidente Sebastián Piñera pida a Israel proporcionar vacunas contra COVID-19 a la población palestina”.
Una iniciativa que significó 24 votos a favor, 6 en contra y dos abstenciones en que se requiere al mandatario chileno que “a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, solicite al régimen israelí, en el marco del cumplimiento de sus obligaciones de Derecho Internacional Humanitario, otorgue a la población palestina en el territorio palestino ocupado, las vacunas necesarias”, instándolo para que Chile “realice un gesto humanitario y se haga parte en los esfuerzos internacionales en ayuda a la población palestina en los territorios palestinos ocupados”.
Senadores reciben pauta sionista
Es importante estar informado, saber quién es quién en el seno del parlamento chileno, y en este caso la sala del Senado donde me voy a referir a algunos nombres, que me llaman la atención en su negativa a una iniciativa, que a todas luces es una obligación moral. Una iniciativa que tendría que haberse votada por unanimidad en forma positiva. La Senadora Loreto Carvajal (reemplazante de Felipe Harboe) que parece votar con el corazón y no con el cerebro y menos aún con un sentido de moral. Ella, militante del Partido Por la Democracia (PPD), egresada de derecho, es la pareja del diputado, miembro de la comunidad sionista chilena y quien considera a Israel su segunda patria, el democratacristiano Gabriel Silber. Ambos han viajado a los territorios ocupados por Israel. Su voto oponiéndose a esta idea humanitaria fortalece su posición prosionista en el seno de la Cámara alta y que tiene su origen en su estrecho vínculo como jefa de gabinete del exdiputado PPD y considerado “hijo de la luz” por el sionismo en Chile, el actor Ramón Farias.
Otro de los que se refutó un voto positivo es el senador, también del PPD, Jaime Quintana quien en un lenguaje sibilino trató de mezclar la acusación contra Piñera, los derechos humanos y el exigirles a otros países, por razones humanitarias, como debe comportarse. Sumando incluso en su argumentación los acuerdos de Oslo y el IV Convenio de Ginebra, en una elucubración absolutamente desquiciada, en una verborrea inconducente. Un Jaime Quintana que repite exactamente el guion escrito por el sionismo chileno. Esto es francamente escandaloso, indigno y una vergüenza, que parlamentarios chilenos reciban orientaciones de agentes del sionismo en Chile, que defienden los intereses de Israel y no los de su país. Y otro senador, el democratacristiano Francisco Huenchumilla, conocido defensor del sionismo al interior del Senado, cuyo voto y posición del defensa de Israel no se entiende en función de su origen mapuche y de la propia defensa de la autonomía y autodeterminación que debería implementarse en el wallmapu (1).
Lo grave de todo esto es que los argumentos esgrimidos por los citados senadores son los mismos que la comunidad sionista y la embajadora de Israel en Chile, la argentina radicada en los territorios ocupado de la palestina histórica, Marina Rosemberg, les enviaron a estos parlamentarios. Al estilo de aquellos correos que una empresa pesquera (Corpesca) enviaba al detenido exsenador Jaime Orpis, para que presentara indicaciones en la Ley de Pesca que se discutía en el congreso (mismo delito de fraude, cohecho, lavado de activos que significó el desafuero de la ex diputada Marta Isasi). En este caso, se le envió a la senadora Loreto Carvajal aportes en ideas y lo que debería argumentar en el senado.
Textualmente estos mensajes señalaban lo siguiente:
“Buenos días súper senadora¡¡¡
Aquí van algunas estadísticas actualizadas. Países que están más bajo que la población palestina en su porcentaje de vacunación:
Tunisia 2,71 %. Brunéi 2,455 %. Irán 1,29 %. Paquistán 0,95 %. Irak 0,74 %. Egipto 0,64 %. Afganistán 0,62 %. Sudan del Sur 0,325 %. Siria 0,01 %.
América Latina: Nicaragua 2,04 %. Paraguay 1,84 %. Guatemala 0,95 %. Venezuela 0,88 %. Honduras 0,565 %”. El mensaje respecto a lo que debía decirse en la discusión en el senado continúa citando la fuente de la información y señalando “Esto, tomando en cuenta que vacunas en territorio palestino al 20 de abril, de acuerdo con la propia ministra de salud palestina en Cisjordania es mucho mayor: 7,15 de vacunación. Entonces si se trata de un proyecto humanitario como lo presenta Moreira (2) por qué no empezar por países vecinos?”.
El mensaje continuó, tras la respuesta enviada a la comunidad sionista y a Rosemberg afirmando “muy débil (nota del autor ¡Qué cosa, la respuesta de Carvajal?) hay que oponerse con tres argumentos principales. Creo que hay dos argumentos principales:
1. Proyecto irrelevante ya que la misma autoridad palestina anunció la compra de suficientes vacunas (4,5 millones que se suman a 2 millones que ya compraron.
2. Quedó claro, en la discusión de la semana pasada en la comisión de RREE que este proyecto de acuerdo no hace más que empeorar las tensiones entre las dos comunidades.
3. Hay varios países latinoamericanos que están en situación mucho peor en tema de vacunación que los palestinos, si se quiere hacer donaciones humanitarias: empezamos por nuestros propios vecinos”.
Frente a la pauta entregada a la senadora Carvajal señalo: Primero que no es un proyecto irrelevante. Tiene la mayor de la trascendencia pues se entiende que Israel, como potencia ocupante de Palestina tiene obligaciones que cumplir. Segundo, no puede tensionar las relaciones entre las dos comunidades pues esto se trata de una petición, para que se cumplan las leyes internacionales el IV Convenio de Ginebra en específico ¿Por qué la comunidad sionista debería ponerse arisca? Es absurdo. Y, tercero el argumento sibilino del sionismo se expresa en toda su dimensión al sostener “si se quiere hacer donaciones humanitarias: empezamos por nuestros propios vecinos” ¡¡¡ que infantilismo político de proporciones¡¡¡¡no se está hablando de donaciones, sino que sea el propio régimen israelí, que ocupa ilegalmente el territorio palestino, el que bajo el amparo de sus obligaciones internacionales lo haga sin tardanza. Para que quede aún más claro: proporcionar vacunas a la población palestina sometida a la colonización y ocupación de su territorio desde el año 1948 en la palestina histórica y desde el año 1967 en Gaza, Cisjordania y Al Quds.
¿Quién es quién? En esta imagen se observa quienes votaron a favor, quienes en contra y quienes se abstuvieron.
Esta petición, a todas luces humanitaria toma en cuenta la política de máxima presión que ejerce la entidad sionista contra el pueblo palestino, que alcanza incluso el no cumplir sus obligaciones internacionales como potencia ocupante y mostrarse ante el mundo como un modelo en la lucha contra COVID-19, una entidad líder en el combate contra la pandemia y sin embargo esconder su política de ocupación y colonización de palestina bajo el maquillaje de un discurso triunfalista pero delictivo, en materia del cumplimiento del derecho internacional. Israel debe, como potencia ocupante de un territorio que no le pertenece cumplir la legislación internacional contemplada en el IV Convenio de Ginebra que en su sección tercera, sobre “territorios ocupados” establece las obligaciones del ente invasor.
La petición y posible acogida a ella podría sonar a solidaridad, a generosidad a entregar a los palestinos la vacuna que permita contender contra el virus. Pero, no nos equivoquemos, no nos dejemos deslumbrar por un régimen que ha vacunado al 5 0% de su población en los territorios de la palestina histórica ocupada, pero niega esa posibilidad a los habitantes de gaza y Cisjordania (claro, nos mencionaran los 112 mil palestinos ya inoculados pero no refieren que se trata de palestinos que trabajan en los territorios al otro lado de la línea verde y por tanto son mano de obra en contacto con los colonos ocupantes y lo que quiere la autoridad israelí es evitar contagios. No hay nada de humanitario en ello.
Insisto, esto no se trata de solidaridad, filantropía o que se apele a que el sionismo abra su corazón y facilite las vacunas respectivas. Es lisa y llanamente el deber internacional, que tienen aquellos que ocupan territorios ajenos, al amparo del IV Convenio de Ginebra, que en su sección III “territorios ocupados”, en sus artículos del 47 al 78 impone obligaciones sustanciales a las potencias ocupantes. Además de numerosas disposiciones que garanticen el bienestar general de las personas que están sujetas a una política de ocupación. Entre ellas podemos mencionar:
Artículo 55- Abastecimiento de la población
En toda la medida de sus recursos, la potencia ocupante tiene el deber de abastecer a la población en víveres y productos médicos; deberá, especialmente, importar víveres, medicamentos y cualquier otro artículo necesario cuando sean insuficientes los recursos del territorio ocupado.
La potencia ocupante no podrá requisar víveres, artículos o suministros médicos que haya en territorio ocupado nada más que para sus tropas y su personal de administración; habrá de tener en cuenta las necesidades de la población civil.
Artículo 56- Higiene y sanidad pública
la potencia ocupante tiene el deber de asegurar y mantener, con la colaboración de las autoridades nacionales y locales, los establecimientos y los servicios médicos y hospitalarios, así como la sanidad y la higiene públicas en el territorio ocupado, en particular tomando y aplicando las medidas profilácticas y preventivas necesarias para combatir la propagación de enfermedades contagiosas y de epidemias. Cuando tome las medidas de sanidad y de higiene, así como cuando las aplique, la potencia ocupante tendrá en cuenta las exigencias morales y éticas de la población del territorio ocupado.
Artículo 59- Socorros. I. Socorros colectivos
Cuando la población de un territorio ocupado o parte de la misma está insuficientemente abastecida, la potencia ocupante aceptará las acciones de socorro en favor de dicha población, facilitándolas en toda la medida de sus medios. Tales operaciones, que podrán emprender, sea Estado sea un organismo humanitario imparcial, como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), consistirán, especialmente, en envíos de víveres, artículos médicos y ropa. Todos los Estados contratantes deberán autorizar el libre paso de estos envíos y garantizar su protección.
Artículo 60- II. Obligaciones de la potencia ocupante
Los envíos de socorros no eximirán, en absoluto, a la potencia ocupante de las responsabilidades que se le imponen en los artículos 55, 56 y 59. No podrá desviar, en modo alguno, los envíos de socorros del destino que se les haya asignado.
Artículo 61- III. Distribución
Se hará la distribución de los envíos de socorros mencionados en los artículos anteriores con la colaboración y bajo el control de la potencia protectora. Este cometido podrá también delegarse, tras un acuerdo entre la potencia ocupante y la potencia protectora, a un Estado neutral, al CICR o a cualquier otro organismo humanitario imparcial. No se cobrará ningún derecho, impuesto o tasa en territorio ocupado por estos envíos de socorros... La potencia ocupante deberá facilitar la rápida distribución de estos envíos.
Por tanto aquí no se trata de instar a que el régimen israelí, que graciosamente proporcione vacunas para la población palestina ¡Debe hacerlo! Es su obligación y debe ejecutarse sin más remilgos. Aquí es donde la presión y acción internacional debe activarse, aunque sea estéril frente al régimen que no ha cumplido ninguna de las resoluciones de la ONU desde el año 1948 a la fecha pero, hay que insistir, presionar, apelar a la Carta de las Naciones Unidas, llevarlo a la Corte penal Internacional (CPI). Emitir informes condenatorios, dejar de pensar en esta entidad como un ejemplo a partir del trabajo de agencias de publicidad y su política de diplomacia pública enmarcada en la Hasbara.
Si el régimen de Tel Aviv no cumple que siga quedando en evidencia el carácter delictivo esencial que mueve el accionar de Israel. Una entidad, en que además de matar a la población palestina a balazos, bombardeos aéreos, navales, de artillería de gran calibre, uso de drones, asesinatos selectivos, bloqueo, embargos, negar el agua y la electricidad, generar una política de segregación y apartheid; demoler sus viviendas, impulsar el saqueo de sus recursos naturales, acuíferos, ampliar el muro de la vergüenza, además de todo ello negar la entrega de la vacuna para combatir el coronavirus. Pero ¡ojo! Debe ser hecho en coordinación con organizaciones como la Cruz Roja internacional, la media Luna Roja de tal forma de garantizar que son aquellas que deben ser. No se puede confiar en el sionismo y ello implica estar alertas y vigilantes.
- “El reconocimiento de autonomía y autodeterminación del pueblo mapuche dentro del Estado chileno, sería muy positivo, pues reconoceríamos el hecho histórico de la diversidad de naciones y culturas – tal como ocurre en más de 80 países del mundo, por ejemplo, en Canadá, EE. UU., Australia y España, que es un conjunto de nacionalidades: vascos, catalanes, gallegos…” https://radio.uchile.cl/2015/08/26/francisco-huenchumilla-la-araucania-un-conflicto-asimetrico/
- Iván Moreira. Senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI) quien, tras la aprobación de la moción presentada señaló "hoy en el Senado, pese a un insólito lobby de quienes quieren impedir que las vacunas lleguen a la población Palestina, hemos aprobado por una gran mayoría un proyecto de acuerdo que solicita a nuestro Gobierno instar a la potencia ocupante israelí a cumplir con el Derecho Internacional Humanitario, ya que es insostenible que Israel continúe impunemente violando los Derechos Humanos del pueblo palestino".
- Hasbara. Se deriva del verbo hebreo lehasbir, que suele traducirse como “Explicar” o “esclarecer”. Es el campo de trabajo destinado por el sionismo a maquillar y lavar la imagen de un régimen colonialista y ocupante del territorio palestino. La idea de este Hasbara, empelado como programa de propaganda es dar a conocer la versión israelí o más bien distorsionar, manipular y desinformar sobre lo que acontece tanto en palestina como en Asia occidental.