Les transcribo un fragmento del artículo de Ignacio Ramonet sobre las elecciones en EEUU:
“Los periodistas no le perdonan, en primer lugar, que ataque de frente al poder mediático. Le reprochan que constantemente anime al público en sus mitines a abuchear a los "deshonestos" medios. Trump suele afirmar: "No estoy compitiendo contra Hillary Clinton, estoy compitiendo contra los corruptos medios de comunicación" . En un tweet reciente, por ejemplo, escribió: "Si los repugnantes y corruptos medios me cubrieran de forma honesta y no inyectaran significados falsos a las palabras que digo, estaría ganando a Hillary por un 20%”…
Habitualmente, una parte de los medios apoyaba al candidato demócrata y otra parte al republicano. Pero como Trump era un candidato impronosticable, que decía cosas que nunca antes se habían escuchado de la boca de un candidato, y simultáneamente eran millones quienes se sumaban a su campaña, y como las grandes corporaciones y el mundo financiero estaba con la Clinton, gradualmente los medios se fueron sumando, y llegó un momento que la campaña de Trump era silenciada, y solo destacaban lo que consideraban barbaridades suyas.
Trump los denunció, y apenas las agencias registraron esa parcialización. Lo extraño, es que las protestas habidas en varias ciudades de EEUU contra su elección, están siendo estimuladas por las medios, agencias y analistas de los más influyentes diarios. ¿Por primera vez se enfrentará el poderoso sector mediático al Presidente de EEUU?
Algo similar, pero en otras condiciones, ocurre en Brasil, donde existe una diabólica campaña que encabezan los medios, y donde están el gobierno y un juez enfilados contra el expresidente Lula. Tampoco se había visto antes. Una investigación que se hiciera sobre el rol de los medios en estas últimas dos décadas revelaría cómo los mas importantes han sostenido una sistemática campaña contra los gobiernos progresistas, comenzando por Venezuela, que ha sido el centro de su agresión. En nuestro país, pero igualmente ocurrió en Argentina y Brasil, y sucede en Bolivia, en Ecuador y en Nicaragua, con el concurso de las agencias transnacionales de noticias y de los servicios televisivos. Pero ni las escuelas de periodismo se atreven a abrirla.
Escrito por Eleazar Díaz Rangel