"La comisión determina que el Ejército de Nigeria usó una fuerza excesiva que provocó muchas muertes", ha indicado este lunes la comisión designada por el gobierno del Estado de Kaduna (norte de Nigeria) en su informe sobre los enfrentamientos registrados en diciembre de 2015 en la ciudad norteña de Zaria.
La pesquisa revela que 347 cuerpos fueron enterrados en secreto en una fosa común y una persona herida murió bajo custodia, sin embargo, la comisión considera que es incapaz de precisar con certeza cuántas personas perdieron la vida en esos choques.
La comisión determina que el Ejército de Nigeria usó una fuerza excesiva que provocó muchas muertes", aseguró el informe de una comisión de investigación.
La investigación se refiere a tres días de enfrentamientos registrados en Zaria contra la sede y una escuela del Movimiento Islámico de Nigeria y la vivienda de su líder, el sheij Ibrahim al-Zakzaky, quien se encuentra detenido. El líder chií ha recibido siete disparos y quedó ciego de un ojo durante el ataque.
Por su parte, Ibrahim Musa, portavoz del Movimiento Islámico de Nigeria, aseguró a The Associated Press que más de 800 personas están desaparecidas y decenas más detenidas.
Los investigadores, en su informe, han pedido identificar a los militares que participaron en los homicidios para que respondan por sus crímenes ante un tribunal.
A su vez, el Ejército de Nigeria sostiene que realizó tal operación contra los chiíes para evitar que asesinen al general Tukur Buratai durante el paso de su convoy; una explicación que no ha convencido a los grupos de derechos humanos.
En este sentido, la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) ha citado las declaraciones de niños heridos que narraron cómo los soldados comenzaron a disparar a los escolares que salían de una mezquita una hora antes del paso del convoy de Buratai, lo cual indica que la incursión había sido planeada.
El pasado abril, Amnistía Internacional (AI) condenó esta brutalidad arremetida contra los chiíes nigerianos y pidió a las autoridades del país que investiguen la masacre y el entierro en fosas comunes de cerca de 350 chiíes muertos a manos del Ejército. El pasado 15 de enero, la subdirectora de dicha organización para África, Lucy Freeman, denunció violaciones "impactantes" contra los derechos humanos como consecuencia del uso de la fuerza excesiva por parte de militares nigerianos.
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