En las calles, hay competencia de marchas y en el Congreso, persiste el intercambio de argumentos entre legisladores. El Instituto Nacional Electoral es una de las instituciones con más prestigio en México. Las encuestas lo colocan como una institución confiable como organizador, árbitro y calificador de elecciones.
Tiene reconocimiento internacional, pero desde el poder ejecutivo se reformó a través de leyes secundarias, porque la oposición bloqueó una Reforma Electoral que a su juicio desarticula a la institución y pone en peligro las elecciones presidenciales del 2024.
El presidente López Obrador y los legisladores de MORENA en el Congreso, argumentan que los cambios al INE, son para acabar con los privilegios de los altos funcionarios, hacer más eficiente al instituto con el menor gasto posible. Aseguran legisladores que el INE tiene muchos empleados de alto nivel que solo trabajan cada tres años cuando hay elecciones, y esto, dicen, debe cambiar.
En poco más de 10 días, cuatro consejeros del INE, terminan su periodo de nueve años. Sus liquidaciones de acuerdo a las leyes laborales de la institución, se acercan a los 100 mil dólares para el consejero presidente y los 80 mil para los otros tres consejeros, para el presidente de México esto es inmoral en un país donde prevalece la pobreza de la mayoría.
La disputa por el INE, la autoridad electoral mexicana, no termina, aún falta que se apruebe la “cláusula de vida eterna” que permitirá la transferencia de votos entre partidos de una coalición que será discutida hasta el próximo periodo de sesiones en el Senado.
Arturo Calvillo, Ciudad de México
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