Según informó el Instituto Nacional de Migración (INM), las detenciones se realizaron el lunes por la tarde (hora local) cuando fue interceptada una caravana integrada por unas 3000 personas en el poblado de Echegaray, municipio de Pijijiapan.
Los migrantes subieron a camionetas y autobuses que tendrían como destino la estación migratoria de Tapachula, en Chiapas, donde se “seguirán los procedimientos correspondientes, con la intervención de los consulados de los países respectivos”, explicó el INM sin precisar si serán deportados.
Por su parte, la agencia estadounidense de noticias The Associated Press (AP), anunció que hombres, mujeres y niños fueron tomados por la fuerza y subidos en contra de su voluntad a los vehículos oficiales.
La estrategia de las autoridades fue invitar a los migrantes a tomar un descanso después de siete horas de caminata bajo el sol radiante. Una vez dispersos, los agentes se distribuyeron al comienzo y al final de la caravana, y se llevaron por la fuerza a varios de sus integrantes, agregó AP.
En un segundo intento de detención, prosiguió, los migrantes se reagruparon en bloque, y se armaron de piedras y palos para repeler a los agentes federales. Otros se internaron en propiedades privadas donde los efectivos de la policía federal no entraron.
El pasado 16 de abril, la revista estadounidense Newsweek desveló que el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha ordenado reforzar las medidas de seguridad para blindar la frontera sur ante el flujo de migrantes desde México.
El rechazo a recibir migrantes ha estado creciendo en EE.UU. desde la campaña electoral de Trump, en 2015, cuando prometió construir “un muro” en la frontera con México de unos 3200 kilómetros.
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