El enviado especial de Naciones Unidas para Libia, Martin Kobler, subrayó el martes la necesidad de superar el "impasse político" en el país africano, para que el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, en inglés) pueda ejercer plenamente su autoridad y acabar con las "graves violaciones de los Derechos Humanos".
"Libia está en un estancamiento político y se están desarrollando situaciones de violencia peligrosas", indicó Kobler en una reunión ante el Consejo de Derechos Humanos de la Naciones Unidas (CDHNU) en Suiza. Además advirtió sobre “el conflicto armado múltiple que sigue teniendo un impacto directo sobre la vida de los civiles”.
Libia está en un estancamiento político y se están desarrollando situaciones de violencia peligrosas", indicó Martin Kobler, enviado especial de Naciones Unidas para Libia.
"Libia atestigua un peligroso desarrollo de los acontecimientos militares", dijo Kobler en referencia a la toma de yacimientos petroleros por parte de milicianos del gobierno paralelo no reconocido de Libia bajo el mando del general de división, Jalifa Hafter, mientras que en Sirte (norte), las fuerzas libias tratan de expulsar a los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe).
En la reunión también intervino la alta comisionada adjunta de la ONU para Derechos Humanos, Kate Gilmore, quien denunció que "miles de personas" están detenidas de forma arbitraria tanto en centros de detención oficiales como de los grupos armados.
Ambos funcionarios denunciaron que diariamente reciben informes de secuestros, detenciones arbitrarias, ejecuciones sumarias, actos de tortura y otros malos tratos, y un sinfín de violaciones de los derechos humanos perpetrados por todos los bandos involucrados en el combate, y volvieron a solicitar a los estados miembros del CDHNU que nombren un experto independiente que investigue las violaciones ocurridas en Libia.
Desde la caída del régimen de Muamar Gadafi, en octubre de 2011, durante una campaña militar orquestada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en Libia gobiernan dos facciones principales: una, el Gobierno reconocido internacionalmente y con sede en la ciudad oriental de Tobruk, y la otra, el Gobierno de Salvación Nacional, con sede en Trípoli. Cada uno tiene su propio parlamento.
Kobler indicó que entre el 1 de marzo y el 31 de agosto la ONU ha documentado 287 agresiones contra civiles, que provocaron 141 muertos y 146 heridos.
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