Grandes multitudes dolientes han obstruido este domingo la calle alrededor del hospital de Shohada, en Teherán (capital iraní), donde el ayatolá Ali Akbar Hashemi Rafsanyani falleció a causa de un infarto.
Su cadáver fue llevado más tarde a la sala de oración de la mezquita de Yamaran, donde numerosas figuras políticas y religiosas se reunieron para rendir honores al destacado clérigo por última vez.
Este martes por la mañana se celebrará la procesión fúnebre del difunto expresidente de la República Islámica de Irán (1989-1997). El Gobierno también ha anunciado tres días de luto nacional.
alg/rha/ftn/hnb