“Hemos llegado a una situación en la que Irak es como una herida abierta que pinchan constantemente y mantienen abierta con estos retrasos”, lamentó Reg Keys, que perdió a su hijo Tom, de 20 años, durante los combates en 2003.
Hemos llegado a una situación en la que Irak es como una herida abierta que pinchan constantemente y mantienen abierta con estos retrasos”, asevera Reg Keys, padre del soldado de 20 años, que murió en combate en 2003.
Una comisión encabezada por el exfuncionario John Chilcot inició una investigación en 2009 sobre los motivos de la asistencia de Londres al conflicto de Irak. Esta pesquisa terminó en 2011, pero los resultados todavía no se han hecho públicos.
De acuerdo con Keys, las 29 familias de los soldados británicos fallecidos en esta guerra, liderada por EE.UU., quieren que se cierre este asunto de una vez para siempre y para ello quieren saber cuáles fueron las razones que condujeron a la muerte a sus seres queridos.
La comisión de Chilcot fue creada por el primer ministro Gordon Brown, que sucedió a Tony Blair, quien lideró el Gobierno que involucró a Londres en la invasión de Irak. Brown prometió entonces que una vez finalizada la investigación, sus resultados se darían a conocer dentro de un año.
“Se han sucedido retrasos indignantes hasta ahora, y parece que podrían ser interminables (…) Las familias no están contentas sentadas esperando”, recalcó el abogado que representa a las 29 familias de soldados caídos en Irak, Matthew Jury.
Key, al reiterar sus críticas contra Chilcot, dijo que este no entiende el sufrimiento de las familias de los soldados caídos en la guerra de Irak y agregó que el retraso en la entrega de informes no favorece a nadie excepto a funcionarios, altos mandos militares y políticos.
La invasión de Irak, si bien terminó con el régimen dictatorial iraquí, causó daños irreparables a la infraestructura del país y numerosísimas pérdidas de vidas humanas: En total, 179 soldados británicos murieron en Irak entre 2003 y 2010.
En 2007, el instituto británico Opinion Research Business publicó una estimación de las víctimas mortales de la guerra, cifrándolas en más de 1 200 000 personas; esto, sin contar la inseguridad que afecta aun en 2015 al país del Tigris y el Éufrates en gran parte debido a la invasión.
El pasado 22 de junio, el exsecretario de Estado británico Charles Falconer reconoció que la participación de su país en la guerra contra Irak dirigida en 2003 por Estados Unidos fue un “error”.
Además, el pasado 20 de mayo, la exsecretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton —en campaña electoral para presidir su país en 2016— reconoció que su apoyo a la guerra de Irak “fue un error. Así de simple”.
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