Según datos preliminares, al menos tres cohetes Katiusha han caído la noche de este miércoles en las proximidades del aeropuerto de Erbil, capital de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, causando grandes explosiones en la zona.
Fuentes locales han afirmado que, a raíz de dicho ataque, se escuchó sonar las sirenas de alarma dentro de la base militar estadounidense.
El portavoz de la llamada coalición anti-Daesh, liderada por EE.UU., el coronel Wayne Marotto, ha dicho en Twitter que “no hubo daños ni víctimas” y ha señalado que “el incidente está siendo investigado”.
El incidente se produce en medio de una serie de atentados contra los militares y las representaciones diplomáticas de EE.UU. en el país árabe.
En los últimos días, Washington ha recurrido a amenazar al Gobierno iraquí con cerrar su embajada para obligar a Bagdad a tomar medidas contra las fuerzas populares de Irak, a quienes imputa los recientes asaltos registrados contra los intereses estadounidenses en territorio iraquí.
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Al respecto, EE.UU. vinculó el martes un ataque llevado a cabo el lunes contra el aeropuerto de Bagdad —que dejó seis civiles muertos— a las fuerzas populares.
La Resistencia iraquí rechazó, sin embargo, la acusación, afirmando que ha hallado evidencias claras de la implicación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. en el ataque a la zona residencial de Bagdad.
Los ataques a las instalaciones militares y diplomáticas estadounidenses se producen mientras que en el país árabe se elevan cada vez más las voces que exigen la salida de las tropas estadounidenses, a las que consideran fuerzas invasoras.
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