“No podemos pasar por alto la necesidad de solicitar una investigación sobre este delito y tener procedimientos legales y venganza por los implicados en el caso”, indicó el Movimiento de Resistencia Islámica de Irak (Kataeb Hezbolá) en un comunicado publicado el jueves en que informó de la decisión del primer ministro iraquí, Mustafa al-Kazemi, al respecto.
El grupo de la Resistencia iraquí, explicando que tiene documentos sobre ciertas partes implicadas en el asesinato del teniente general iraní, enfatizó que EE.UU. tiene la responsabilidad de cualquier “consecuencia de este horrible crimen”.
En el comunicado, Kataeb Hezbolá manifestó que la decisión fue tomada después de que el primer ministro iraquí, actualmente el director de los servicios de Inteligencia de Irak, solicitara una reunión con este grupo para explicar su posición sobre el asesinato de Soleimani.
La formación del comité se decidió durante la reunión, explicó el grupo de la Resistencia iraquí en su comunicado, y agregó que “solicitamos que el trabajo del comité se realice con total transparencia”.
El 3 de enero, EE.UU. asesinó al comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, junto al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, y a otros militares, en un bombardeo cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad. El Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) aseguró en aquel entonces que el atentado fue ejecutado por orden directa del presidente de EE.UU., Donald Trump.
El Gobierno y el pueblo iraquíes, ante esta flagrante violación de su soberanía e integridad por Washington y el Parlamento del país árabe también respondió votando a favor de un proyecto de ley que exige la expulsión de todas las fuerzas militares extranjeras lideradas por Estados Unidos del suelo iraquí.
Los grupos de resistencia de Irak han prometido enfrentar la resistencia armada contra la presencia militar estadounidense en el país si Washington no cumple con la orden del Parlamento.
En represalia, Irán respondió también al asesinato de Soleimani lanzando la madrugada del 8 de enero misiles tierra-tierra de corto alcance contra la base estadounidense de Ain Al-Asad, ubicada en la provincia occidental de Al-Anbar. Un ataque preciso que dejó al mundo boquiabierto, pues el Ejército norteamericano, a pesar de mantenerse en máxima alerta, no logró interceptarlo.
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