Sudamérica
Campaña de desprestigio de la CNN y los Isaías contra Correa
El expresentador de la cadena noticiera estadounidense CNN Alberto Padilla informó el viernes que los hermanos Isaías, opositores del Gobierno ecuatoriano y prófugos de la justicia de ese país, la propia CNN y el derrocado expresidente Abdala Bucaram orquestaron una campaña de desprestigio contra el presidente Rafael Correa.
Durante una entrevista, en la que estuvo presente la Agencia ecuatoriana de noticias Andes, Padilla sostuvo que los Isaías han conspirando sistemáticamente contra el actual Gobierno ecuatoriano e incluso han logrado obtener una conexión con la CNN en español para fortalecer esta campaña sucia contra Correa.
Asimismo, han financiado campañas de políticos estadounidenses, entre ellos, el polémico senador demócrata proisraelí Robert Menéndez, actualmente investigado por la Oficina Federal de Investigación de EE.UU. (FBI) por presionar al Gobierno estadounidense a favor de los hermanos, para que permanecieran en el país aun cuando eran buscados por la Justicia ecuatoriana.
De acuerdo con las declaraciones del expresentador, la conexión de los Isaías con la CNN se dio, al parecer, por medio de Isabel Bucaram, una alta ejecutiva de la cadena estadounidense prima del expresidente Abdala Bucaram y una acérrima disidente del actual Gobierno ecuatoriano.
Padilla aseguró, además, que los hermanos producen los programas del CNN Latino y controlan el 100 % del contenido de los noticieros, ya que son dueños de cuatro de las cinco estaciones de esta red.
“Isabel Bucaram, que trabaja para CNN, le consiguió las entrevistas en Ecuador a la periodista María Elvira Salazar, que trabaja para los Isaías en CNN Latino. Entonces, hay una serie de conflictos de intereses de manera muy importante”, acotó.
En sus revelaciones, Padilla mencionó, asimismo, que los dos prófugos ecuatorianos han pagado al expresentador de televisión Carlos Vera y al analista Pablo Lucio Paredes para que escriban libros que desprestigien a Correa.
Roberto y William Isaías son prófugos de la justicia ecuatoriana por el delito de peculado bancario, por el que la Corte Nacional los condenó a 8 años de prisión.
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