Las manifestaciones que estallaron a altas horas de la noche del domingo en diferentes zonas de Honduras, sobre todo en la región norte del país y en algunas zonas de la capital, Tegucigalpa, continuaban hasta este lunes resistiendo a los ataques con bombas lacrimógenas que lanzaba la policía.
En menos de 24 horas han fallecido tres personas por la represión de las fuerzas militares y policiales del país. La última víctima, identificada como Cristian Fúnez, de 26 años, fue herida mortalmente de un disparo en la cabeza cuando participaba en una manifestación en el norte de Honduras, según reportan medios locales.
En la colonia capitalina de Villanueva, policías militares lanzaron bombas de gases a unas viviendas, de donde un niño de meses tuvo que ser llevado a un hospital. Mientras que en San Pedro Sula (norte), la segunda ciudad del país. Además, la policía reportó saqueos de negocios por manifestantes, como una tienda de artículos deportivos, la quema de una agencia bancaria y de un autobús.
Luego de que el TSE oficializara el domingo como presidente electo al actual mandatario de las cuestionadas elecciones del 26 de noviembre, la oposición hondureña se alzó en protestas y colocó barricadas bloqueando las principales vías del país en rechazo a la atribución de la elección a Hernández del derechista Partido Nacional (PN).
Entre tanto, en la misma jornada, el candidato opositor de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla, hizo entrega al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pruebas del supuesto “robo” electoral.
La oposición hondureña ha tomado las calles en varias ocasiones en las tres semanas transcurridas desde las elecciones, y muchas de las manifestaciones fueron reprimidas por la policía y las fuerzas armadas. Un informe de Amnistía Internacional (AI) señaló la semana pasada que hubo 14 muertos en las protestas, aunque la oposición asegura que el número de víctimas fatales llegó a 20.
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