El velero "Adelaide" —llamado "el barco del aborto" en la prensa guatemalteca— llegó la noche del martes a puerto de San José, en el litoral Pacífico de Guatemala, con la intención de atender a mujeres que quieren terminar sus embarazos, pero fue recibido con una intensa campaña de protesta de grupos religiosos locales.
Tras la llegada de la embarcación, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, ordenó a sus funcionarios interponer una denuncia ante el Ministerio Público en contra de los voluntarios. Además, las autoridades portuarias prohibieron a los activistas, ya en tierra, acceder al muelle donde está anclado su barco y un buque militar guatemalteco se instaló al lado del velero para custodiarlo.
La pequeña embarcación, perteneciente a la organización holandesa Women on Waves (Mujeres sobre las olas), viaja por el mundo para asistir a mujeres de escasos recursos que requieren abortar, tanto por motivos legales como por decisión personal, publicaron el sábado los medios.

La brasileña Leticia Zenevich, portavoz del velero, indicó que agotarán los recursos legales para poder realizar en Guatemala la campaña de interrupción de embarazos, aunque respetarían, dijo, las leyes locales.
Los tripulantes del barco, entre los que hay activistas de Brasil, Austria, Alemania, Holanda, España y Guatemala, pretendían trasladar a mujeres guatemaltecas a aguas internacionales para interrumpir embarazos no deseados.
"Nos parece muy ofensivo que esta entidad venga a hacer esa práctica de abortos que es, en definitiva, practicar asesinato", dijo a periodistas el presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Gonzalo de Villa.
El presidente de la Alianza Evangélica de Guatemala, César Vásquez, calificó los procedimientos que realiza la ONG de "crímenes de lesa humanidad".
El "Adelaide" de Women on Waves llegó a Guatemala —donde está prohibido el aborto excepto para salvar la vida de la madre— tras visitar Irlanda, Polonia, Portugal y España, donde también desató protestas de grupos contra esta práctica.
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