El gigantesco submarino Dmitry Donskoy, de la clase Typhoon, ha zarpado del puerto Severomorsk (norte), ha pasado Dinamarca y ha llegado al mar Báltico, una zona a la que los funcionarios rusos llaman ‘la piscina’ de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El enorme submarino puede permanecer sumergido por períodos de hasta 120 días y está equipado con seis tubos de torpedo. Su diseño aumenta en gran medida sus posibilidades de supervivencia y es lo suficientemente espacioso como para mantener a bordo a una tripulación de 160 personas.
Las tensiones en las relaciones entre Rusia y la OTAN han aumentado por diversos factores, como la crisis en Ucrania y las maniobras militares que realizan ambas partes en las fronteras con Europa.
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