Los indignados denunciaron que la ley marcial no es una solución para combatir el terrorismo como ha dicho el presidente filipino.
Duterte, conocido por la sangrienta guerra que dirige contra el narcotráfico, declaró la ley marcial en el sur del país tras los enfrentamientos letales entre las fuerzas de seguridad y el grupo Maute, una filial de los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe), que han dejado 21 personas muertas, según medios gubernamentales.
El dignatario decretó dicha ley en la zona meridional del país por 60 días, también, afirmó que la medida podría extenderse durante un año y ampliarse a lo largo y ancho de Filipinas.
Los integrantes de la banda terrorista han sembrado el terror en el sur del país, han quemado edificios, han secuestrado a varias personas e incluso mataron a un oficial de policía.
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