La Policía utilizó balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes quienes trataban de elevar un puente peatonal improvisado, a través de un arroyo, entre el campamento de las protestas y el área de construcción del oleoducto.
Desde agosto pasado, los indígenas denuncian que el proyecto pondría en peligro sus sitios culturales y sagrados, y contaminaría el agua que consumen.
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