Petra de Sutter hizo hincapié el miércoles en seguir enviando ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y en la detención de la exportación de armas a Israel, tal como Caroline Gennez, ministra de Cooperación de Bélgica, lo ha planteado como presidenta semestral del Consejo Europeo.
“El ataque del ejército israelí a la zona de Rafah debe considerarse como una línea roja porque miles de palestinos están al borde de la inanición”, afirmó la ministra Gennez.
La misma jornada, el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, expresó su profunda preocupación por la actividad militar de Israel en Gaza y especificó que más de 1,4 millones de personas, incluidos 600 000 niños, están en riesgo en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza.
El lunes, el ejército israelí ordenó a los palestinos abandonar algunas zonas del este de Rafah en previsión de “una operación de alcance limitado”. En efecto, el martes, los bombardeos aéreos israelíes sobre Rafah causaron varias bajas civiles. Además, tanques israelíes se habían adentrado unos 200 metros (casi 220 yardas) en la zona palestina del cruce de Rafah, provocando la parálisis de la entrada de ayuda humanitaria.
Israel inició su operación terrestre en Rafah a pesar de que poco antes el movimiento palestino HAMAS había aceptado una propuesta de alto el fuego presentada por los mediadores Egipto y Catar.
Con el apoyo de las armas estadounidenses, el ejército israelí está llevando a cabo incesantes ataques indiscriminados contra la Franja de Gaza, que hasta el momento se han cobrado la vida de casi 34 800 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, y dejado más 78 100 heridos.
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