• El ministro de Justicia belga (izda.), Koen Geens, y el ministro del Interior, Jan Jambon, asisten a una sesión de la comisión temporal contra el terrorismo en el Parlamento federal de Bruselas, Bélgica, 25 de marzo de 2016.
Publicada: sábado, 26 de marzo de 2016 6:11

El ministro de Interior belga, Jan Jambon, admite que hubo negligencia al gestionar el caso de los hermanos El Bakraoui, presuntos terroristas que participaron en los atentados del pasado martes en Bruselas, la capital.

"Como responsable de la Policía, debo aceptar la responsabilidad política, aunque no tenga que ver con la culpabilidad", declaró el viernes Jambon en una comparecencia ante el Parlamento belga.

En concreto se refería a la gestión del caso de Ibrahim El Bakraouiuno de los presuntos autores de los atentados de Bruselas. Turquía aseguró un día después que había detenido y deportado a El Bakraoui a Holanda en 2015 y que había notificado y advertido de sus vínculos con terroristas extranjeros a las autoridades belgas y holandesas.

Como responsable de la Policía, debo aceptar la responsabilidad política, aunque no tenga que ver con la culpabilidad", declaró el ministro del Interior belga, Jan Jambon.

Jambon consideró "inaceptable" que no se hiciese "nada esencial" entre su detención en Turquía y su deportación a Holanda, añadiendo que, tras mantener una reunión con la Policía federal, llegó a la conclusión de que "alguien ha sido negligente, no ha sido suficientemente proactivo, ni comprometido con un dossier donde desde el principio podíamos notar que se trataba de terrorismo".

En este sentido insistió en que "no hace falta ser superactivo" para comprender que "hay un riesgo muy elevado" de que alguien con el perfil de Ibrahim El Bakraoui —condenado a diez años, encarcelado durante varios, que viajó a Siria y que luego fue atrapado en la frontera turcosiria y que frecuentaba a los terroristas— sea, de hecho, un combatiente extranjero.

Sobre el caso, explicó que El Bakraoui fue detenido el 11 de junio de 2015 en el sur de Turquía, cerca de la frontera con Siria. El 26 de junio la Policía turca informó de su detención al funcionario de enlace, el representante de la Policía belga en el país. Poco después, el 29 de junio, el oficial transmitió la información al servicio de la Policía judicial en Bélgica, que después indicó al funcionario en Turquía que El Bakraoui tenía antecedentes y había sido condenado a diez años por robo a mano armada.

Desde el día en que se informó al oficial de enlace del traslado del individuo, el 26 de junio, hasta el momento en el que El Bakraoui fue trasladado en avión a Holanda, el 20 de julio, el oficial de enlace no hizo nada esencial, denunció Jambon, lamentando que "la manera en la que se ha producido es inaceptable", no obstante, asume las consecuencias.

Por otra parte, el ministro de Justicia de Bélgica, Koen Geens, también reconoció en la misma sesión que la información suministrada por Turquía no fue "procesada en forma óptima" y que todo hubiese sido distinto si las autoridades judiciales de Bélgica "hubiesen hecho su trabajo a la perfección".

El Parlamento belga inició, además, los trámites para aprobar el próximo martes una ley que permita los registros policiales durante las 24 horas del día y la puesta en marcha de una base de datos de "combatientes extranjeros" compartida por todas las fuerzas de seguridad del país.

El pasado martes se registraron dos explosiones en la zona de salidas del Aeropuerto Internacional de Zaventem en Bruselas, y los servicios de seguridad detonaron de forma controlada una tercera bomba en el aeropuerto. Cerca de una hora después del primer ataque, se produjo otra explosión en la estación de Maalbeek del metro bruselense, en pleno corazón del barrio europeo.

Los atentados, reivindicados por el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), han dejado hasta el momento 31 muertos y 270 heridos, de acuerdo con la Fiscalía belga.

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