A primera hora, una misa solemne en la Sagrada Familia ha recordado a los 14 muertos y más de 120 heridos de los atentados del jueves en Barcelona y Cambrils.
Poco después, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, en un encuentro con prensa internacional, ha defendido el modelo de sociedad catalana abierta, diversa y plural, y ha condenado cualquier actitud de xenofobia y racismo.
En relación a la investigación policial, la máxima autoridad de los Mossos d'Esquadra (Policía autonómica de Cataluña) ha confirmado que el comando terrorista formado por 12 personas, ninguno con antecedentes, pretendía atacar Barcelona con bombas, antes de la explosión de Alcanar.
La policía ha encontrado más de 100 bombonas de gas en Alcanar, utilizados a menudo por el grupo terrorista EIIL (Daesh en árabe) y está investigando al imán de Ripoll para ver su papel en el atentado, aunque se desconocen por ahora las causas de la radicalización de los jóvenes.
De todos los sospechosos, 5 fueron abatidos en Cambrils, 4 están detenidos, 2 murieron en Alcanar y uno sigue fugitivo. Ante esto, la Generalitat ha defendido la decisión del Gobierno del Estado de no elevar a alerta 5 por terrorismo, el territorio catalán.
En los próximos días continuarán los actos de condolencia y de apoyo a las víctimas. El lunes, distintas comunidades musulmanes y activistas contra el fascismo demostrarán una vez más su rechazo a la violencia, mientras que las autoridades e instituciones instan a la población a salir a la calle el 26 de agosto en una gran manifestación con el lema “no tenim por”, “no tenemos miedo”.
Oriol Puig, Barcelona.
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