El buque, bautizado como HMS Queen Elizabeth, es el más caro jamás construido por la Armada británica. Puede desplazar 65.000 toneladas y tiene un coste de 3000 millones de libras.
El secretario británico de Defensa, Michael Fallon, ha asegurado que otras potencias internacionales envidarían a lo que describió como una “demostración del poder militar” de la isla, en referencia al portaaviones.
No obstante, un alto rango militar británico, que pidió permanecer en el anonimato, afirmó en 2015 al diario británico The Guardian que el HMS Queen Elizabeth no es más que una “combinación de la vanidad naval y la política de compra de votos”.
Necesita suficiente capacidad para comunicarse con todas las otras plataformas: barcos, aviones y cuarteles generales (…) [HMS Queen Elizabeth] puede parecer impresionante como barco, pero tecnológicamente tiene un retraso de 10 años”, alerta el general Richard Barrons, excomandante del Comando de Fuerzas Conjuntas del Reino Unido.
Lo curioso es que esta nave, que debería ser la envidia de otros países, funciona con el software Windows XP, que no ha sido revisado por Microsoft desde el año 2014, lo que lo convierte en vulnerable frente a los piratas informáticos.
En este sentido, el profesor Alan Woodward, experto en Tecnologías Informáticas de la Universidad de Surrey, advirtió al rotativo The Times de que “si el XP es para uso operacional, es extremadamente arriesgado”.
“Necesita suficiente capacidad para comunicarse con todas las otras plataformas: barcos, aviones y cuarteles generales (…) [HMS Queen Elizabeth] puede parecer impresionante como barco, pero tecnológicamente tiene un retraso de 10 años”, aclaró el general Richard Barrons, excomandante del Comando de Fuerzas Conjuntas del Reino Unido.
Recordar que el software con el que se opera esta nave de 280 metros de eslora fue utilizado por varios hospitales del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) que fueron blanco de un ataque cibernético masivo a principios de este año en curso.
Las alarmas sobre la seguridad de este portaaviones sonaron el pasado mes de julio cuando un dron (aeronave no tripulada) comercial consiguió aterrizar en el HMS Queen Elizabeth sin ser detectado.
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