Los representantes de ambas partes del divorcio se reunieron en la capital belga para determinar las condiciones de la salida del Reino Unido de la UE.
La incertidumbre es el tema central. Los británicos tienen dos escenarios: un Brexit duro y un Brexit suave. Debido al fuerte revés en las elecciones, el Gobierno de Theresa May podría ser obligado a seguir el Brexit suave, o sea, permanecer en el mercado común europeo. Pero su negociador jefe, David Davis, rechaza esta idea.
Sin embargo, salir de un mercado sin tarifas, que recibe casi la mitad de las exportaciones británicas y provee más de la mitad de las importaciones al país, sería un gran revés a la economía del Reino Unido. Por esta razón, cinco de las entidades comerciales enviaron una misiva al Gobierno pidiendo permanecer en el mercado único. Pero los desafíos continúan.
El compromiso financiero o el coste del divorcio es una tarea difícil para determinar, al igual que la polémica sobre la frontera. La República de Irlanda es un Estado miembro del bloque, mientras que Irlanda del Norte es una región británica.
Todo eso, mientras el Gobierno británico tiene problemas en casa para renovar su mandato, hecho que también temen los europeos. Ellos prefieren negociar con un Gobierno estable. Según expertos, los problemas internos podrían causar que Theresa May no se mantenga al mando hasta el final de los diálogos del Brexit.
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