Desde tempranas horas participantes de todas partes del Reino Unido se congregaron en la llamada Cumbre contra Trump para mostrar su abierta oposición a los valores que el presidente de Estados Unidos representa.
Si bien las voces de protesta británicas se hicieron oír desde su campaña política, la invitación formal que la primera ministra, Theresa May, le extendiera a Trump para visitar Reino Unido generó una molestia colectiva que llevó a ciudadanos a las calles y a firmar una petición, respaldada por casi dos millones de personas, en contra de esta visita oficial.
Conscientes que lo que Trump representa no solo afecta a Estados Unidos, esta cumbre en reino unido intenta crear estrategias a largo plazo para luchar contra sus políticas divisorias.
Además de continuar con las muestras de solidaridad hacia los estadounidenses, la cumbre contra Trump resaltó la necesidad de continuar con las movilizaciones masivas para presionar al Gobierno de May a cancelar de una vez por todas la visita de Trump. Acciones que ya han obligado al Gobierno a cambiar sus planes en esta materia.
La visita de Trump originalmente planeada para junio fue movida para agosto o septiembre durante el receso parlamentario y se limitará sólo a Londres. Sin embargo, la lucha continúa y se busca que la nueva relación especial entre los ciudadanos de ambas naciones genere cambios políticos.
Claudia Navarro, Londres.
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