En declaraciones formuladas el sábado ante el Parlamento, de mayoría oficialista, Al-Sisi subrayó que Egipto ha logrado con éxito restaurar un gobierno representativo.
Desde este lugar, bajo el domo del Parlamento, el pueblo egipcio le declara a todo el mundo que se han establecido las bases de un sistema democrático y han reconstruido las instituciones constitucionales", anunció el presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi.
“Desde este lugar, bajo el domo del Parlamento, el pueblo egipcio le declara a todo el mundo que se han establecido las bases de un sistema democrático y han reconstruido las instituciones constitucionales", precisó el exgeneral del Ejército convertido en presidente.
En su discurso, el mandatario describió como "revolución patriótica" el derrocamiento —encabezado por él mismo cuando era jefe del Estado Mayor del Ejército— contra el presidente demócraticamente elegido Mohamad Mursi, el 3 de julio de 2013.

Asimismo, el exgeneral egipcio llamó a todo el mundo a concentrarse en la lucha contra el terrorismo y consideró este flagelo como el mayor desafío y peligro en el mundo.
En su intervención, que duró media hora, el presidente se enfocó, en particular, a destacar los logros y los proyectos económicos, pasando por alto la actual crisis económica así como las denuncias de la oposición sobre la falta de libertades políticas y la corrupción y la represión policial.
De hecho, grupos defensores de los derechos humanos consideran que los dos años y medio de la presidencia de Al-Sisi están marcados por una represión sin precedentes contra los opositores.
La junta militar que llegó al poder tras el golpe militar contra el Gobierno de Mursi anunció el comienzo de una transición política que incluía la redacción de una Constitución así como elecciones presidenciales y parlamentarias.
El diario estadounidense Los Angeles Times señaló a principios de enero la posibilidad de que Egipto viva otra revolución similar a la del 25 de enero de 2011, que puso fin al régimen dictatorial de Hosni Mubarak, ya que, explicó, Al-Sisi aplica las mismas medidas que condujeron a la movilización popular, como limitar las libertades y permitir la intervención de los servicios de seguridad en todos los asuntos del país.
Los tribunales egipcios continúan emitiendo sentencias de muerte contra los opositores, especialmente los seguidoresde los Hermanos Musulmanes (HHMM), movimiento al que pertenece Mursi.
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