“Vamos a vigilar de cerca estos sistemas y evaluaremos las implicaciones para los aviones de la coalición. Tomaremos las medidas necesarias para garantizar la seguridad de nuestros pilotos durante sus vuelos en Siria”, indicó el martes el portavoz del Pentágono, Peter Cook.
Rusia anunció en la misma jornada que había desplegado el sofisticado sistema antiaéreo S-300 en la base naval de Tartus, en el oeste de Siria, para garantizar tanto la seguridad de la base, como la “de los buques en la zona costera que forman parte de la unidad operativa de la Armada rusa”.
Vamos a vigilar de cerca estos sistemas y evaluaremos las implicaciones para los aviones de la coalición. Tomaremos las medidas necesarias para garantizar la seguridad de nuestros pilotos durante sus vuelos en Siria”, indica el portavoz del Pentágono, Peter Cook.
Según el portavoz del Pentágono, “el propósito del sistema es cuestionable”, pues Moscú afirma que sus objetivos militares en el país árabe son los grupos extremistas y estos, de hecho, carecen de fuerza aérea, así que no entiende el propósito del despliegue.
Responsables militares de EE.UU. dicen que el despliegue ruso podría tener como objetivo contrarrestar un hipotético ataque norteamericano a Siria con misiles de crucero. Los expertos militares rusos afirman, por su parte, que Moscú “no se quedará esperando a que le den otra vez una puñalada por la espalda”.
La batería antiaérea rusa se instaló en suelo sirio solo un día después de que Washington suspendiera las conversaciones bilaterales con Moscú sobre el alto al fuego en Siria. En respuesta, Rusia acusó a EE.UU. de hacer lo imposible, hasta aliarse con los terroristas, para derrocar al Gobierno sirio.
Peter Cook recordó, no obstante, que aun mantienen los canales de comunicación con los militares rusos para evitar encontronazos en el espacio aéreo sirio, ya que tanto Rusia como la llamada coalición antiterrorista, liderada por EE.UU., realizan sus bombardeos por separado.
mpv/myd/nii/