La estrategia de EE.UU. para hacer frente a este flagelo, cuando se cumplen quince años de los ataques lanzados contra las Torres Gemelas del World Trade Center (WTC) en Nueva York (EE.UU.), según publica el viernes Global Research.
Asimismo, añade la publicación, la denominada campaña antiterorrista lanzada por la Administración del expresidente, George W. Bush (2001-2009) unas semanas después de 11/9, ha sumergido el Oriente Medio en años de brutalidad y horror.
Y peor, los líderes estadounidenses han utilizado los ataques de 2001 para “justificar” la imposición de años de violencia y brutalidad a la gente de la referida región.
El informe recuerda que la invasión de Afganistán por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con Estados Unidos a la cabeza, provocó la extensión de la violencia más allá de las fronteras afganas, afectando a los habitantes de Irak, Yemen y Paquistán.
Resalta además que esta guerra nunca tuvo como objetivo implementar la democracia o proteger los derechos humanos, pero sí expandir el poder de Washington en el mundo. En tal contexto, explica que para Estados Unidos, el Oriente Medio era una oportunidad para controlar yacimientos petrolíferos y así garantizar su economía.
Adelanta que Washington y sus aliados occidentales necesitaban crear un ambiente “histérico” de temores, y para materializar este fin la propagación de islamofobia y la “criminalización” de los musulmanes les sirvieron como claves. Aprovechando la situación creada, añade el informe, el Occidente justifica tanto las intervenciones imperialistas como masivas violaciones a las libertades cívicas.
El informe rememora que en marzo de 2015, Físicos por la Responsabilidad Social (PSR, por sus siglas en inglés) estimaron que la lucha antiterrorista de Estados Unidos mató, de forma directa o indirecta, a al menos 1.3 millón de personas en tres países: un millón en Irak, 220.000 en Afganistán y 80.000 en Paquistán.
Asimismo, agrega que el actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que recibió en 2009 el Premio Nobel la Paz, prometió poner fin a conflictos en Oriente Medio, sin embargo, extendió las operaciones militares del país en Paquistán, Yemen, Somalia, Siria y Libia, donde aviones no tripulados (drones) han matado a más de 7000 civiles desde 2002. Esta cifra no incluye las bajas causadas en Irak y Siria.
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