El diario estadounidense The Washington Times, en un análisis divulgado este lunes, ha desvelado que los políticos y activistas que desde EE.UU. y otros países asistieron ayer domingo al evento habían recibido dinero para expresar su apoyo a las posturas antiraníes del Muyahedin Jalq (MKO, por sus siglas en inglés).
“Ciertos exfuncionarios y políticos de EE.UU. expresaron a The Washington Times que les habían pagado honorarios por sus discursos en la conferencia del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán” (así se llama el grupo), indica la fuente.
Ciertos exfuncionarios y políticos de EE.UU. expresaron a The Washington Times que les habían pagado honorarios por sus discursos en la conferencia del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (así se llama el grupo)”, desvela el diario The Washington Times.
En otra parte del informe, afirma que el MKO gastó millones de dólares por sus 'lobbies' con autoridades actuales y antiguas de EE.UU. para convencerlas de que eliminen el nombre del grupo de su lista negra de las bandas terroristas.
El expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich; el exgobernador de Vermont (noreste) Howard Dean, el exdirector del Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés), Louis Freeh, se encontraban entre otras figuras estadounidenses que participaron en la reunión del MKO en París, capital francesa.
No obstante, las declaraciones del exjefe de Inteligencia saudí el príncipe Turki al-Faisal han llamado la atención del diario estadounidense que, según declara, atrajo aplausos y gritos de disidente iraníes.
Al-Faisal en su discurso antiraní apoyó al grupo terrorista y aseveró que el Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) y los Hermanos Musulmanes son herramientas de Teherán para incitar a la violencia en la región.
En septiembre de 2012, Estados Unidos decidió retirar a los Muyahedine Jalq de su lista de grupos terroristas extranjeros, en la que estaba desde 1997 mientras sus líderes son culpables de organizar y llevar a cabo varios actos terroristas contra el país persa, en los que murieron más de 17 mil iraníes, tanto ciudadanos comunes como autoridades.
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