“Estamos de acuerdo en que hay que dar pasos para reducir tensiones, entre ellos pedir a China que frene sus actividades de reclamación, nuevas construcciones y la militarización de las zonas disputadas del mar del Sur de China”, ha declarado el presidente estadounidense, Barack Obama, tras una reunión mantenida con su homólogo filipino, Benigno Aquino en la capital, Manila.
Estamos de acuerdo en que hay que dar pasos para reducir tensiones, entre ellos pedir a China que frene sus actividades de reclamación, nuevas construcciones y la militarización de las zonas disputadas del mar del Sur de China, ha declarado el presidente estadounidense, Barack Obama
En esa reunión celebrada al margen de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), el mandatario estadounidense ha expresado que las disputas entre todas las partes deben resolverse “de forma pacífica”.
Por otra parte, Obama ha asegurado que Washington fortalecerá las relaciones militares con Manila a través de los ejercicios militares conjuntos y las cooperaciones multilaterales.
Además ha mostrado el apoyo de su país a Filipinas en su decisión de “recurrir a un arbitraje bajo la Convención de las Leyes del Mar de la ONU (UNCLOS, sus siglas en inglés)”, en referencia al recurso que Manila ha presentado ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, contra China.
A su vez, Aquino agradeció el apoyo financiero y militar de Estados Unidos para aumentar la seguridad marítima de Filipinas.
China está construyendo islas artificiales en el mar de China Meridional y argumenta que realiza estas edificaciones sobre su propio territorio. Washington, no obstante, alega que estas islas artificiales están dentro de las aguas internacionales y no las reconoce como parte de la soberanía territorial de China.
Pekín ha acusado, además, a Washington, en numerosas ocasiones, de tratar de dominar ese mar y de militarizar la zona, si bien asegura no temer involucrarse en una eventual guerra con EE.UU.
El mar de China Meridional es una extensión muy disputada del océano Pacífico. Pekín reclama casi un 90 % del territorio; mientras que varios países, entre ellos Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunei, mantienen también reclamaciones territoriales al respecto.
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