“Aunque esta pausa en el envío de armas es un primer paso positivo, se queda corta ante la incesante pérdida de vidas en Gaza y las perspectivas de que se cometan más atrocidades en las operaciones terrestres en curso del ejército israelí en Rafah”, ha aseverado este jueves Amanda Klasing, directora de Relaciones Gubernamentales para EE.UU. de Amnistía Internacional.
El Ejecutivo estadounidense ha suspendido el envío de bombas pesadas a Israel y en su advertencia más enérgica hasta el momento, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, planteó la posibilidad de cortar todos los suministros si las fuerzas israelíes cumplen su amenaza de lanzar una operación a gran escala en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
“Instamos a la administración Biden a que suspenda inmediatamente todas las transferencias de armas” al régimen de Israel, ha aseverado Klasing, quien ha instado a Washington a poner fin a su complicidad en graves violaciones del derecho internacional.
En este sentido, ha afirmado que en estos momentos está claro que “las duras conversaciones con homólogos en Israel no sirven de nada, pues continúan cometiéndose violaciones y la población civil está pagando el precio con su vida”.
Amnistía Internacional también ha exigido al Gobierno de Estados Unidos que presente urgentemente el Memorándum de Seguridad Nacional sobre Salvaguardas y Rendición de Cuentas respecto de Artículos de Defensa y Servicios de Defensa Transferidos (NSM-20), un informe que examina el destino y uso de las armas transferidas a otros países.
Klasing ha señalado que presentar este memorándum al Congreso es especialmente urgente debido a los posibles abusos que podrían ocurrir en la Franja de Gaza. “La táctica de mirar hacia otro lado no hace desaparecer las violaciones de derechos que comete el gobierno de Israel”, ha enfatizado.
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