Tras las sanciones del lunes anunciadas por el Departamento del Tesoro, Li Xiaojun, director de publicidad de la Oficina china de Asuntos de Derechos Humanos, enfatizó que Estados Unidos no solo sufre de un deterioro de la situación de los derechos humanos, sino también por las crisis económica, política y de salud.
Li subrayó que, pese a haber acumulado este tipo de problemas en su propio territorio, Estados Unidos no deja de interferir en los asuntos internos de otros países, bajo el pretexto de defender los derechos humanos. Además, equiparó a Washington con un enfermo que aconseja a los demás tomar medicinas. El director del Centro chino de Estudios de Derechos Humanos, Chang Jian, a su vez, recordó el asalto a la sede del Congreso por los simpatizantes del expresidente Donlad Trump, y subrayó que lo ocurrido el pasado 6 de enero, reveló severos fallos en la democracia estadounidense.
Los políticos estadounidenses, de acuerdo con Chang, priorizan los votos políticos y la economía al control del coronavirus. El funcionario chino remarcó que todo eso explica la razón de la demora y lo poco apropiado de las decisiones de la Casa Blanca al respecto.
La creciente tensón entre Washington y Pekín no se ha frenado con la llegada de la nueva Administración estadounidense, presidida por el demócrata Joe Biden. Washington sigue ejerciendo sanciones contra China y contra todo aquél país que se niegue a doblegarse a los dictados de la Casa Blanca.
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