Trump comenzó hace unas semanas comparando el temido virus con una gripe común e insistió en que estaba todo bajo control, luego pasó a culpar a los demócratas, que difunden “farsas”, y a Europa, de “donde llegan todos los males”. Volvió a asegurar el domingo que el nuevo coronavirus 2019 “está bajo tremendo control”.
“Relájense, lo estamos haciendo muy bien. Es un virus muy contagioso, pero tenemos un tremendo control sobre él”, declaró Trump, desde la Casa Blanca, recuerda la cadena CNN en un informe publicado este lunes.
No obstante, solo minutos después, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, contradijo al presidente, diciendo: “lo he dicho antes y lo repito: lo peor está por venir”.
La nueva afirmación errónea del mandatario, de acuerdo con la publicación, se realiza “para minimizar la gravedad de la crisis de coronavirus”, dado que los expertos aseguran que “EE.UU. no está ni siquiera cerca de contener el virus”.
Las declaraciones de Trump también contradicen el mensaje de los expertos de la salud pública y distintos miembros de la Administración de Trump. El presidente aseguró que los jóvenes en buen estado de salud están inmunes al COVID-19, y que el mayor riesgo se apunta a los ancianos con una salud delicada, destaca la cadena local.
Los expertos, de acuerdo con CNN, coinciden con Trump en cuanto a los mayores de edad, pero aseguran que siendo joven o en buen estado de salud no podrán garantizar nada ante el contagio.
Los resultados de una encuesta publicada ese mismo domingo por la cadena local NBC News indican que el 51 por ciento de la población estadounidense piensa que Trump no ha adoptado suficientes medidas para detener la rápida propagación del COVID-19 en el país.
Además, el senador Bernie Sanders, precandidato demócrata para las elecciones de noviembre de este año, opinó que, para combatir al virus, antes que nada, hay que cerrar la boca del actual presidente republicano.
De acuerdo con los últimos datos oficiales, esta pandemia ha infectado, hasta este domingo, a más de 3000 estadounidenses, 60 de los cuales han fallecido. Sin embargo, aún existen temores a que la expansión del nuevo coronavirus en EE.UU. sea mucho mayor que la que indican las autoridades de la Casa Blanca.
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