“Habrá un aumento de la presencia militar de Estados Unidos en el hemisferio más adelante este año; esto incluirá un mayor despliegue de barcos, aviones y fuerzas de seguridad”, anunció el miércoles el jefe del Comando Sur de EE.UU., Craig Faller.
El almirante estadounidense reclamó que el objetivo de la medida es “tranquilizar” a los socios del país norteamericano y contrarrestar una serie de amenazas, entre ellas el “narcoterrorismo”. Faller denominó a América Latina como “nuestro vecindario”, y afirmó que existen desafíos complejos donde se verá.
Asimismo, alegó que mientras Rusia, China y Cuba “colaboran” con el Gobierno venezolano, “las democracias del mundo buscan una forma de conseguirle al pueblo venezolano lo que se merece: una economía libre y próspera”.
Estas declaraciones surgen tras la reunión del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, con las autoridades estadounidenses el pasado domingo, cuando el mandatario de Brasil firmó un acuerdo bilateral de cooperación militar con EE.UU., que implicará para la industria brasileña un mayor acceso al mercado de defensa estadounidense.
#SOUTHCOM’s Adm. Faller: “There will be an increase in US military presence in the hemisphere later this year. This will include an enhanced presence of ships, aircraft, & security forces to reassure our partners… & counter a range of threats to include illicit narco-terrorism.” pic.twitter.com/LlFIUO5auR
— U.S. Southern Command (@Southcom) March 11, 2020
Faller, calificó de “histórico” lo suscrito, asegurando que fortalecerá “la defensa” de la región “contra las amenazas” que, para ellos, significa Venezuela.
Por su parte, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, denunció el lunes nuevas amenazas coordinadas de EE.UU., Brasil y Colombia, calificándose de un acto de guerra sus iniciativas. Días atrás, también el presidente venezolano, Nicolás Maduro, alertó que Estados Unidos mediante sus acciones buscaba empujar a Brasil a un conflicto armado contra Venezuela, por lo que pidió a sectores humanistas detener cualquier “aventura de Jair Bolsonaro, en coordinación con [el presidente estadounidense] Donald Trump”.
Desde 2019, cuando el líder opositor venezolano Juan Guaidó se autoproclamó “presidente encargado” de Venezuela, Washington empezó a adoptar medidas punitivas contra el Gobierno de Maduro, para deponerlo y, según alega Caracas, hacerse con el control de los recursos naturales venezolanos y ahora, incluso, amenaza a la nación sudamericana con una intervención militar.
El Gobierno venezolano, a su vez, ha condenado las medidas coercitivas de EE.UU. contra Caracas y ha interpuesto una demanda contra Washington ante la Corte Penal Internacional (CPI) por sus crímenes de lesa humanidad.
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