“Estados Unidos saldrá inmediatamente del acuerdo nuclear iraní a menos que sea corregido dentro de los próximos meses”, aseguró el lunes el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, ante el Comité Estadounidense de Asuntos Públicos de Israel (AIPAC, por sus siglas en inglés).
El alto funcionario estadounidense, calificando de “catastrófico” el acuerdo nuclear, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), advirtió de que lo pactado entre Teherán y el Sexteto (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) no impide que Irán se haga con armas nucleares, solo retrasa el proceso.
Pero la Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, jamás dejará que Irán alcance este tipo de armamento, destaca Pence. Poco importa que Teherán lleve adelante un programa nuclear pacífico, tal y como acordó, e Israel, por su parte, tenga un arsenal no declarado con más de 200 cabezas nucleares.
En octubre, Trump no certificó el acuerdo nuclear, por lo que el Congreso contaba con un plazo de 60 días para decidir la aplicación de embargos a Irán, aunque decidió no actuar.
Estados Unidos saldrá inmediatamente del acuerdo nuclear iraní a menos que sea corregido dentro de los próximos meses”, insiste el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
Pence, al iniciar su discurso ante el mayor lobby sionista de EE.UU, en una reunión en Washington, capital de EE.UU., cometió un lapsus que provocó la risa de los presentes. Al comunicar que transmitía el mensaje de apoyo de Trump, en lugar de decir el “presidente más proisraelí” jamás visto, dijo el “presidente más provida”.
Repitiendo la postura proisraelí de Washington, el número dos de la Administración de Trump aseguró que Estados Unidos protegerá al régimen de Tel Aviv ante un ataque eventual lanzado en su contra por parte de Irán, olvidando que este país no ha atacado nunca a terceros, pero sí Israel, como lo demuestran las distintas guerras que ha promovido en la zona.
Señaló, asimismo, que Washington trabajaría también para enfrentar “las agresiones de Irán” en otras partes, pero, en realidad, se estaba refiriendo a la lucha de Irán contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Irak y Siria, cuya derrota es, en gran parte, un logro iraní. El vicepresidente estadounidense prometió que EE.UU. “no dejará que la derrota de Daesh se convierta en una victoria para Irán”.
Desde el comienzo de la crisis siria en 2011 y la de Irak en 2014, Irán ha proporcionado asesoramiento militar y ayuda humanitaria a estos dos países, y Damasco y Bagdad le han agradecido su apoyo. No se muestran, sin embargo, tan agradecidos con la coalición contra Daesh liderada por EE.UU., aducen que obstaculiza su propia lucha contra el terrorismo —llegan a acusarla de apoyarlo— y denuncian la gran cantidad de víctimas civiles que dicha coalición ha provocado con lo que califica de “errores”.
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