El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, aseguró el martes que el mandatario de EE.UU., Donald Trump, cumplirá con su promesa electoral de trasladar la embajada de Estados Unidos ante el régimen de Israel de Tel Aviv a Al-Quds (Jerusalén) y que en la actualidad el jefe del Estado está evaluando cómo y cuándo hacerlo.
"El presidente Trump está considerando activamente cuándo y cómo mover la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén", ha dicho Pence durante un evento proisraelí celebrado en Nueva York, en el noreste de Estados Unidos.
Del mismo modo ha reiterado que la Casa Blanca seguirá manteniendo su estrecha alianza con el régimen de Tel Aviv, dado que ambos comparten la misma causa y que tienen intereses y valores iguales.
"Estados Unidos está con Israel porque su causa es nuestra causa, sus valores son nuestros valores y su lucha es nuestra lucha", ha afirmado el titular estadounidense.
También ha asegurado que Estados Unidos seguirá defendiendo al régimen de Israel en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y no permitirá que resoluciones que puedan dañar al régimen de Tel Aviv puedan ser aprobadas en las Naciones Unidas.
El presidente Trump está considerando activamente cuándo y cómo mover la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén", ha dicho el vicepresidente estadounidense Mike Pence.
El controvertido plan del “verdadero amigo de Israel” para el traslado de la sede diplomática de EE.UU. ha recibido negativas reacciones a nivel internacional. La Unión Europea (UE) y las autoridades palestinas, y un largo etcétera, condenan esta medida y advierten de sus repercusiones.
El pasado 18 de enero, la representante de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, destacó que el caso del traslado de la embajada de Washington a Al-Quds no es solo una petición de Israel, sino que también recibe el pleno apoyo del Congreso del país norteamericano, pues favorece a ambas partes.
No obstante, la Administración de Washington se encuentra ante un arriesgado qué hacer. Por un lado, intenta favorecer a su amigo histórico en sus planes expansionistas y, por el otro, duda en la aplicación del plan bajo presiones de otros aliados de peso, como Jordania y Egipto.
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