Fetzer, quien ha investigado extensamente los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, ha hecho esta revelación en una entrevista telefónica sostenida este lunes con la cadena de televisión iraní de habla inglesa Press TV.
El experto, en primer lugar ha indicado que curiosamente fue el actual presidente de EE.UU., Donald Trump, la primera persona que puso en duda la versión oficial sobre el derrumbe de las torres.
El magnate republicano, en una entrevista con el Canal 9 de Nueva York, citando a los ingenieros de esos edificios que entonces trabajaban para él, aseguró que era “imposible que los Boeings pudieran haber causado el colapso de las torres” y concluyó afirmando que “tenía que haber otros factores que aún se desconocen”, recuerda Fetzer.
Sin embargo, prosigue el investigador, “lo que conocemos hoy incluye es el uso de una serie de mini o macro bombas nucleares para destruir las Torres Gemelas de arriba a abajo, convirtiéndolas en millones de yardas cúbicas de polvo muy fino, lo que es una indicación clásica del uso de armas nucleares”.
Lo que conocemos hoy incluye es el uso de una serie de mini o macro bombas nucleares para destruir las Torres Gemelas de arriba a abajo, convirtiéndolas en millones de yardas cúbicas de polvo muy fino, lo que es una indicación clásica del uso de armas nucleares”, ha dicho el profesor jubilado de la Universidad de Minnesota, James Henry Fetzer.
En esta línea, ha añadido que el uso de ese tipo de artefactos ha sido confirmado por los estudios geológicos de EE.UU. realizados en 35 lugares de Manhattan en los que se han detectado elementos que, por su cantidad y correlación, evidenciaban el uso de dispositivos nucleares como bario, estroncio, torio y uranio, litio, lantano, nitruro, y tridiam, algunos de los cuales sólo existen en forma radiactiva.
Un informe publicado el año pasado por la revista Newsweek reveló que un total de 5441 de las 75.000 personas inscritas en el los Centros para el Control de Enfermedades y el Programa de Salud del Centro Mundial de Comercio (WTC, en inglés), fueron diagnosticadas con cánceres ligados a los ataques del 11-S.
Aunque persisten las dudas sobre lo ocurrido en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, Malcom Howard, de 79 años de edad, agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) durante 36 años, confesó su participación en el atentado de bandera falsa, que sirvió de justificación a las invasiones de EE.UU. de Afganistán, semanas después de los atentados, y de Irak, en 2003, de acuerdo con el portal Your News Wire.
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