“Este hombre está haciendo absolutamente todo lo que está a su alcance para apoyarnos y nosotros necesitamos su apoyo”, escribió Andrew Anglin en un sitio web neonazi y antisemita, en el que confluyen los grupos de extrema derecha.
El martes, Trump defendió a los supremacistas blancos en relación con los choques en Chalosttesville (estado de Virginia), diciendo que las dos partes implicadas en los hechos son responsables de la violencia: “No todos eran neonazis. No todos eran supremacistas blancos”.
Estas palabras fueron acogidas con beneplácito por los más extremistas del país norteamericano: “Va a ser muy, muy difícil tener algún sentimiento negativo hacia Trump durante muy largo tiempo tras esto”, continuó Anglin.
Por su parte, Richard Spencer, el ultranacionalista blanco que organizó la marcha en Charlottesville, ha elogiado los comentarios “honestos y realistas” del inquilino de la Casa Blanca, quien, en su opinión, “aprecia la verdad”, por lo que está “orgulloso” de su presidente.
Este hombre está haciendo absolutamente todo lo que está a su alcance para apoyarnos y nosotros necesitamos su apoyo”, escribe Andrew Anglin en un sitio web neonazi y antisemita
“Gracias presidente Trump por su honestidad y valentía para decir la verdad sobre #Charlottesville y condenar a los terroristas de izquierda”, escribió en la red social Twitter David Duke, exlíder del Ku Klux Klan (KKK).
Muchos de los grupos de la ultraderecha que participaron en la marcha violenta en Chalosttesville han sido bloqueados en las redes sociales, como Facebook e Instagram, y sus páginas web fueron cerradas debido a la reglamentación contra los discursos de odio y amenazas.
No obstante, las declaraciones del magnate neoyorquino sobre Chalosttesville no obtuvieron la misma acogida en los círculos políticos de Estados Unidos que entre los supremacistas y neonazis, pues líderes políticos, incluidos expresidentes republicanos —George H.W Bush (1989-1993) y su hijo George W. Bush (2001-2009)—, condenaron la postura de Trump al respecto.
Las protestas de ultraderecha derivaron el sábado en enfrentamientos y terminaron con un ataque terrorista “doméstico” cometido por un conductor que embistió con su coche, de manera intencionada, a una multitud de manifestantes contrarios a los derechistas. El suceso acabó con la vida de una mujer y dejó decenas de heridos.
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