El final de la Guerra Fría y el consecuente Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START I, por sus siglas en inglés) empujaron a EE.UU. a reducir sus armas nucleares, si bien, la Marina norteamericana, en lugar de retirar algunos de sus submarinos como se había planteado, decidió reparar y modernizar 4 de los 18 sumergibles de clase Ohio para que sirvan como lanzaderas de misiles de crucero contra objetivos terrestres y marítimos.
En un artículo publicado el martes, la revista estadounidense National Interest recordó que, en virtud del nuevo tratado START III con Rusia, en vigor desde 2011, Washington se vio obligado a reducir el número de armas nucleares. Ahora mantiene activos 12 submarinos de clase Ohio, cada uno equipados con 20 misiles Trident II, además de haber desplegado un total de 240 misiles activos con 1090 ojivas.
Según la nota, elaborada por el experto militar Sebastien Roblin, esta cantidad de misiles atómicos estadounidenses, es suficiente para “destruir el mundo varias veces”.
De hecho, los referidos submarinos de misil balístico, o “boomers”, transportan a bordo más de la mitad del arsenal nuclear de EE.UU. Según National Interest, esta clase de sumergibles pueden ser el sistema de armas más destructivo creado por el hombre. Cada nave, de 170 metros de longitud, es capaz de portar hasta 24 misiles balísticos para submarinos (SLBM) y lanzarlos desde el fondo del mar contra blancos situados a más de 11.000 kilómetros de distancia.
La clase de Ohio servirá hasta el final de la década de 2020, e incluso puede recibir algunas actualizaciones acústicas adicionales sigilosas hasta que sean reemplazadas por un sucesor, tentativamente llamado la clase de Columbia.
El competidor más cercano a la clase Ohio es el sumergible ruso Proyecto 941 o Akula (apodado Typhoon por el Occidente), equipado con veinte tubos de lanzamiento de misiles balísticos, del que queda solo un ejemplar y es considerado el más grande del mundo.
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