• La aeronave no tripulada (dron) de fabricación estadounidense MQ-9 Reaper.
Publicada: sábado, 5 de agosto de 2017 6:55

Ante las dificultades económicas para llenar las arcas estadounidenses, la Casa Blanca sopesa permitir la venta de drones a países antes vetados por EE.UU.

La Casa Blanca está valorando modificar la ley de exportación de armas de los Estados Unidos aprobada en 2015, pues en la misma se prohíbe que ciertos compradores extranjeros se hagan con aviones teledirigidos (drones) fabricados en EE.UU.

Esta información fue publicada el viernes por la página web Defense News, citando a un funcionario de la Administración del presidente de EE.UU., Donald Trump, quien afirma que el Despacho Oval está poniendo en marcha una revisión para “modernizar y buscar nuevos enfoques más inteligentes en la política comercial de defensa de Estados Unidos”.

Durante años, los fabricantes de vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) han tratado de vender sus productos a una gama de compradores extranjeros, pero se les ha impedido hacerlo debido a las preocupaciones tomadas por el Departamento estadounidense de Defensa sobre compartir tecnología militar sofisticada.

El objetivo clave es asegurar que obtengamos el equilibrio adecuado entre la entrega de artículos de defensa estadounidenses de primera línea a nuestros aliados y socios, y salvaguardar los pormenores tecnológicos de la industria de defensa de Estados Unidos”, dice un funcionario de la Administración estadounidense.

 

En este contexto, el funcionario estadounidense explica que “el objetivo clave es asegurar que obtengamos el equilibrio adecuado entre la entrega de artículos de defensa estadounidenses de primera línea a nuestros aliados y socios, y salvaguardar los pormenores tecnológicos de la industria de defensa de Estados Unidos”.

China anunció el pasado mes de julio que empezaría a producir en masa el CH-5 Rainbow, un dron de uso militar que se perfila como un claro competidor del estadounidense MQ-9 Reaper; un aviso que muchos lo interpretaron como un duro golpe estratégico y comercial para EE.UU., y a tenor de las dificultades económicas que padece este país y la rivalidad existente entre Washington y Pekín, no es de extrañar que Trump quiera modificar la ley de exportación norteamericana.

Este intento de cambio de postura por parte de EE.UU. se produce para no volver a perder a clientes como Emiratos Árabes Unidos (EAU), Egipto y Arabia Saudí, que optaron por la adquisición de aviones teledirigidos chinos cuando firmas estadounidenses declinaron sus propuestas de compra.

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