• El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ve un gran desfile militar en Pyongyang (capital), 10 de octubre de 2015.
Publicada: miércoles, 2 de agosto de 2017 5:36

EE.UU. afirma que no está en busca de un cambio de Gobierno en Corea del Norte, ni es su enemigo, pues no piensa en una opción militar contra el país asiático.

“Confirmamos nuestra postura hacia Corea del Norte: no buscamos el cambio del régimen ni el derrocamiento del régimen, ni tampoco pretendemos buscar una reunificación acelerada de la península, ni excusa para enviar a nuestras tropas detrás del paralelo 38 (en alusión a la frontera entre las dos Coreas)”, destacó el martes el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, en una rueda de prensa.

Insistiendo en que Washington aboga por entablar el diálogo con Pyongyang expresó su esperanza de que “en algún momento” las autoridades norcoreanas “empiecen a entenderlo”.

“No somos su enemigo ni su amenaza, pero ustedes son una amenaza inaceptable para nosotros y debemos reaccionar”, apostilló Tillerson.

Confirmamos nuestra postura hacia Corea del Norte: no buscamos el cambio del régimen ni el derrocamiento del régimen, ni tampoco pretendemos buscar una reunificación acelerada de la península, ni excusa para enviar a nuestras tropas detrás del paralelo 38”, destaca Rex Tillerson, secretario de Estado de EE.UU.

 

En otra parte de sus declaraciones, aseveró, curiosamente, que la Casa Blanca no echa a China la culpa de la crisis que atraviesa la península coreana, pero como un socio clave de Pyongyang le concierne detener la amenaza norcoreana mediante un diálogo productivo.

“Claramente, no echamos la culpa a China por la situación alrededor de Corea del Norte, solo los norcoreanos son culpables de ella”, indicó el diplomático estadounidense para luego enfatizar, “pero creemos que China tiene relaciones únicas y especiales (con Corea del Norte) por la actividad económica, y de esta manera, puede influir en el régimen norcoreano como nadie más”.

La península coreana vive momentos de alta tensión entre Washington y Pyongyang, desatada por el aumento de la presencia militar estadounidense en la zona, las maniobras militares conjuntas Washington-Seúl y las pruebas de misiles balísticos de Corea del Norte.

La Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, no ha descartado la opción militar contra Pyongyang, pero ha pedido a China que le ayude a presionar al Gobierno del líder norcoreano, Kim Jong-un, que ha realizado en los últimos meses varios ensayos de misiles.

Corea del Norte reivindica con insistencia que el desarrollo de armas blinda su estrategia de defensa ante la postura hostil de Washington y los movimientos belicistas estadounidenses. 

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