Los diplomáticos estadounidenses en Rusia tuvieron que abandonar su residencia de verano a las afueras de Moscú, como consecuencia del alza de las tensiones. Además de ordenar esta mudanza, prohibió también el acceso del personal diplomático a un almacén industrial en Moscú.
Rusia respondió así a la ley de sanciones en su contra aprobada por el Congreso estadounidense. Además de denunciar estas acciones, Washington afirmó que el presidente Donald Trump firmará en breve la ley.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó previamente la retirada del 60 % del personal diplomático estadounidense antes del primero de septiembre.
Estados Unidos busca castigar a Moscú por su supuesta intervención en el proceso electoral estadounidense. Además, lo acusa de liderar la agresión en Ucrania, algo que el Kremlin ha rechazado.
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