“Ninguna amenaza se cierne más sobre los Estados del Báltico que el espectro de una agresión por parte de su impredecible vecino del este”, ha dicho Pence hoy lunes en una rueda de prensa conjunta en la capital de Estonia con los presidentes de ese país y de sus vecinas Letonia y Lituania.
Rusia, ha asegurado Pence, “sigue en este mismo momento intentando redibujar las fronteras internacionales por la fuerza, erosionar democracias de naciones soberanas y dividir a las naciones libres de Europa, una contra otra”.
El alto cargo estadounidense ha formulado estas declaraciones en el marco de una visita que tenía en su programa, una mesa redonda sobre ciberseguridad y encuentros con el personal del grupo de combate desplegado en el país, limítrofe con Rusia, de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Las tensiones se desataron en 2014, tras años de roces, con lo que Rusia considera un golpe de Estado prooccidental en Ucrania con implicación estadounidense, que hizo surgir movimientos independentistas en el este del país y la adhesión a la Federación Rusia de Crimea. Moscú llevaba además lustros denunciando la expansión de la OTAN hacia sus fronteras, pese a promesas previas de que eso no sucedería.
El 10 de julio, Washington desplegó por primera vez una batería de su sistema antimisiles Patriot en Lituania, integrada en la OTAN en 2004 junto a otras 5 repúblicas antes prosoviéticas, incluidas las otras dos bálticas. Las autoridades locales, nacidas bajo dominio comunista, se sienten débiles frente a Moscú.
Ninguna amenaza se cierne más sobre los Estados del Báltico que el espectro de una agresión por parte de su impredecible vecino del este”, dice el vicepresidente de Estados Unidos, Michael 'Mike' Pence.
Aprovechando esos temores, Pence ha dicho en su comparecencia de hoy que Washington “rechaza todo intento de usar la fuerza, las amenazas, la intimidación o la influencia perjudicial en los países bálticos o contra cualquiera de nuestros aliados”, si bien ha añadido que su país “espera días mejores y mejores relaciones con Rusia”.
El viaje del funcionario estadounidense coincide, sin embargo, con la tensión creada por una nueva hornada de embargos acordada por el Congreso de EE.UU. a Rusia (además de Irán y Corea del Norte), que ha despertado llamados a una reacción en contra incluso en el Gobierno alemán, este mismo lunes.
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