El martes, la votación en la Cámara Alta del Congreso estadounidense no alcanzó la mayoría suficiente para sustituir el sistema de salud actual —el Obamacare— por un plan de seguro médico propuesto por la Administración de l presidente de EE.UU., Donald Trump, debido al rechazo de cuatro senadores republicanos, Mitch McConnell, Susan Collins, Shelley Moore Capito y Lisa Murkowski, quienes se sumaron a los 48 legisladores demócratas que dieron su espalda al nuevo proyecto.
Este fracaso republicano se produce pese a contar con mayoría en las dos Cámaras del Congreso y después de que el nuevo plan fuera aprobado en mayo en la Cámara de Representantes. Tanto el líder republicano del Senado, McConnell, como el presidente Trump, admitieron que su proyecto "está muerto".
Así pues, una de las grandes promesas de campaña de Trump, es decir la derogación de la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama, ha quedado enterrada por el momento, ya que el plan tendrá que volver a comenzar de cero.
No vine a Washington para perjudicar a la gente", ha dicho la senadora estadounidense Shelley Moore Capito.
Los cuatro senadores republicanos rechazaron el plan por diversas razones. Dos de ellos consideraron que el "denostado" Obamacare estaba aún demasiado presente en el nuevo sistema con su gravamen para las empresas y la libertad del ciudadano. Mientras los otros dos lamentaron que el nuevo sistema dejaría desprotegidos a muchos millones de norteamericanos. "No vine a Washington para perjudicar a la gente", dijo la senadora Capito.
Este fracaso es considerado por muchos demasiado ruidoso para Trump a seis meses de su llegada al poder. Añadir al respecto, durante este corto periodo, apenas el 36 % de los estadounidenses aprueba la gestión del mandatario según ha revelado recientemente una nueva encuesta realizada por Langer Research Associates para los medios estadounidenses ABC News y The Washington Post. El índice es el mínimo registrado en los últimos 70 años.
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