A través de un mensaje en Twitter, el mandatario estadounidense ha vuelto a mencionar su reclamo a México tras semanas de aparente mejora en las relaciones bilaterales entre ambos países.
“Eventualmente, pero en una fecha más lejana para que podamos empezar (la construcción) cuanto antes, Mexico pagará, de alguna manera, el muro tan seriamente necesitado”, ha escrito Trump en Twitter.
Eventualmente, pero en una fecha más lejana para que podamos empezar (la construcción) cuanto antes, Mexico pagará, de alguna manera, el muro tan seriamente necesitado”, ha escrito el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
De esta manera, Trump recuperaba así una de sus polémicas promesas de campaña y uno de los asuntos más espinosos en la relación entre Washington y México, que comenzó con la cancelación del viaje del presidente de México, Enrique Peña Nieto, a la Casa Blanca el pasado 26 de enero.
En la misma línea, el fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, ha defendido el domingo en el programa “This Week” de ABC que el muro será pagado de una manera u otra. “Vamos a conseguir que sea pagado (el muro) de una u otra manera”, ha enfatizado Sessions.
En EE.UU. el muro no cuenta con el apoyo de los ciudadanos, según una investigación publicada la semana pasada, reveló que legisladores republicanos y demócratas de los cuatro Estados fronterizos con México, no apoyan la financiación del muro ni confían en su utilidad.
Senadores y congresistas de Texas, Arizona, Nuevo México y California rechazan que una barrera física sirva para contener la entrada del crimen organizado y sostienen que son necesarias medidas más multifacéticas y dinámicas.
Trump busca la construcción del muro, con un costo previsto de más de 20.000 millones de dólares, como parte de su esfuerzo para controlar la inmigración ilegal. México ha rechazado el pago de la construcción del muro como algo fuera de discusión.
El canciller de México, Luis Videgaray, ha explicado a principios de este mes, que la construcción del muro ha dejado de ser parte de la conversación entre México y EE.UU. Argumenta que no es un asunto bilateral sino particular del Gobierno estadounidense. Pero insiste en que “el Gobierno mexicano lo considera como un gesto inamistoso”.
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