¿Es cierto lo que opinan algunos expertos políticos de que la clave del presidente de EE.UU., Donald Trump, para resolver el asunto Pyongyang son las relaciones Washington-Pekín?
Durante su campaña electoral, Donald Trump criticó muchas veces la política económica de China. Acusó al país de manipular su moneda para hacer sus exportaciones más competitivas a nivel mundial. Y amenazó con imponer duras tasas sobre las importaciones. Incluso llegó a culparla de mala voluntad en sus relaciones con Estados Unidos, en alusión al déficit comercial que Washington mantiene con Pekín.
Sin embargo, tras el viaje del presidente chino, Xi Jinping, a EE.UU., parece que la postura de Trump ha cambiado. Washington, que busca aumentar la presión sobre Corea del Norte para poner fin a sus actividades nucleares, dice que el gigante asiático podría desempeñar un papel positivo en la solución de este asunto. En una entrevista con el canal Fox News, elogió este martes los esfuerzos de China por interrumpir sus importaciones de carbón norcoreano.
Al mismo tiempo, Trump criticó a los medios de comunicación por publicar informes de que él ha suavizado su postura hacia China.
La moderación del tono hacia China por Trump se considera una señal de la preocupación que siente por la escalada de tensiones con Corea del Norte. Un desafío que de ningún modo puede ignorar las provocaciones de Washington. El envío del portaviones estadounidense USS Carl Vinson a la región, el plan de despliegue del sistema antimisiles de la Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) en Corea del Sur y las maniobras conjuntas con este país, se cuentan entre las medidas estadounidenses no bienvenidas por Pyongyang.
mhn/nii/