“Ya ven lo que está pasando en la frontera, de repente por primera vez estamos sacando pandilleros, estamos sacando señores de la droga y estamos sacando a tipos realmente malos de este país, a un ritmo que no se había visto hasta ahora. Y ellos son los malos. Y es una operación militar”, aseguró ayer jueves Trump en una reunión con empresarios manufactureros en la Casa Blanca.
Las declaraciones de Trump han sorprendido en Washington, ya que las deportaciones de indocumentados son llevadas a cabo por agentes fronterizos y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), no por militares.
Ya ven lo que está pasando en la frontera, de repente por primera vez estamos sacando pandilleros, estamos sacando señores de la droga y estamos sacando a tipos realmente malos de este país, a un ritmo que no se había visto hasta ahora. Y ellos son los malos. Y es una operación militar”, aseguró el presidente de EE.UU., Donald Trump.
Las palabras del mandatario se contradicen con las de su secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, quien en su visita a México descartó el uso de militares en cuestiones de migración.
“No se usarán fuerzas militares en inmigración”, aseguró Kelly en un mensaje a los medios tras reunirse con los secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores de México, Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray, respectivamente.
Abundando en señales confusas y contradictorias, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo después que el presidente de EE.UU. había usado el término “operación militar” solo como un “adjetivo” o una mera expresión.
En México, Kelly también dijo que no habrá deportaciones masivas de migrantes a Estados Unidos, donde hay al menos 5 millones de mexicanos indocumentados, y aseguró que ambos países deben trabajar para que la migración sea segura y ordenada.
El martes, Trump firmó distintas órdenes, en las que autoriza las deportaciones masivas de inmigrantes sin documentos, aunque quedarán vigentes protecciones para los inmigrantes que llegaron a la nación siendo niños, mejor conocidos como dreamers (“soñadores”).
Las disensiones entre México y Estados Unidos surgieron a raíz de la orden dada por el nuevo mandatario de EE.UU. de construir un muro en la frontera común para frenar la inmigración ilegal, el crimen organizado y el terrorismo. Además, el inquilino de la Casa Blanca manifestó que pretende que el Gobierno mexicano pague dicho muro, a lo que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, se ha negado en varias ocasiones.
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