Según informó el domingo la revista estadounidense The National Interest, documentos secretos desclasificados de EE.UU. muestran que la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF, por sus siglas en inglés) tenía planeado lanzar miles de ataques atómicos contra objetivos en Rusia y China, en caso de que hubiera estallado una Tercera Guerra Mundial.
Dichos planes remontan al año 1956, cuando el ya inexistente Mando Aéreo Estratégico de EE.UU. (SAC) elaboró un plan de ataque para provocar la destrucción total de la Unión Soviética (URSS), de haber estallado una guerra mundial.
El informe, titulado Estudio de Requerimientos de Armas Atómicas, identificaba más de 2000 objetivos que deberían ser atacados para desarticular la capacidad ofensiva y defensiva de la Unión Soviética.
De estos 2000 objetivos cerca de 1200 se encontraban en núcleos urbanos y, según los detalles del plan, estos objetivos iban a ser atacados con bombas atómicas o hasta armas termonucleares, que son significativamente más destructivas que las bombas atómicas.
Las capitales soviéticas y chinas, Moscú y Pekín, figuraban entre los blancos de los bombardeados con armas termonucleares, lo que resultaría en la muerte de millones de personas (solamente en Moscú había 179 objetivos de ataques).
La USAF tenía programado usar armas nucleares de entre 1,7 y 9 megatones y como mínimo estas serían 70 veces más potentes que la bomba atómica usada contra la ciudad japonesa de Hiroshima.
Además se podrían utilizar nuevas armas nucleares sobre los mismos objetivos atacados, ya que las autoridades militares estadounidenses querían estar seguras de destruir por completo los objetivos.
Estados Unidos poseía en aquel momento unas 12.000 cabezas nucleares, cantidad que llegaría a las 22.000 solo dos años después.
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