La policía usó el viernes gases lacrimógenos y de pimienta para dispersar a los manifestantes en la capital estadounidense, donde unas 900.000 personas esperaban frente al Capitolio y a lo largo de la Avenida Pensilvania y otros lugares del centro de la ciudad, para celebrar la toma de posesión del magnate.
La confrontación entre la policía y los manifestantes anti-Trump dejó "varios heridos leves, alrededor de 200 detenidos y daños significativos" en establecimientos y coches, indicó Peter Newsham, director interino de la Policía de Washington en un comunicado. Otras fuentes cifran en al menos seis, el número de policías que resultaron heridos en los choques.
Aquí hay mucha gente de orígenes diversos que está en contra del imperialismo estadounidense y sentimos que Trump continuará con ese legado", dijo la organizadora del grupo "Disrupt J20", Alli McCracken.
Los disturbios, que duraron varias horas, se desarrollaron a apenas cuatro calles del lugar por el que la caravana presidencial llevaría a Trump hasta la Casa Blanca.
Entre los manifestantes hubo grupos que rompieron los cristales de los escaparates en las calles del centro de Washington. Los indignados atacaron también a varios agentes antidisturbios lanzándoles piedras.
Los participantes en las protestas prendieron fuego a grandes cubos de basura y quemaron también una limusina estacionada cerca del punto donde las ventanas del Hotel Hamilton y un Starbucks quedaron hechas añicos.
Decenas de personas vestidas de negro y algunas de ellas con capuchas y fulares negros, característicos del grupo radical "Black block", marcharon por el centro de la ciudad rompiendo escaparates y ventanillas de coches.
Un grupo denominado "Disrupt J20" ('Interrumpir el 20 de enero') bloqueó varios puntos del recorrido donde se agolpaba la gente. Algunos de ellos fueron retirados por la policía.
La organizadora del grupo Alli McCracken, de 28 años, afirmó que estaban expresando su disgusto por los polémicos comentarios de Trump sobre las mujeres, los migrantes indocumentados y los musulmanes. "Aquí hay mucha gente de orígenes diversos que está en contra del imperialismo estadounidense y sentimos que Trump continuará con ese legado", afirmó.
Similares marchas de protesta, algunas de ellas violentas, se llevaron a cabo el viernes en distintas partes del mundo, desde México, el Reino Unido y Alemania, hasta incluso Japón y Filipinas. Los detractores del nuevo mandatario estadounidense denuncian al unísono los comentarios ofensivos de este contra los migrantes y los musulmanes.
Organizaciones pro Derechos Humanos, como el Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés), han advertido que la investidura de Trump ‘abre una era peligrosa e incierta’ para Estados Unidos y el resto del mundo en todo lo tocante a los derechos humanos.
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