En una entrevista concedida al diario The Wall Street Journal publicada el viernes, Trump recalcó que mantendrá “intactas” las restricciones a Rusia aplicadas por el Gobierno del presidente saliente estadounidense, Barack Obama, “al menos por un periodo de tiempo”.
“Si hay buena relación y si Rusia realmente está ayudándonos, ¿por qué alguien habría de ser sancionado, si se están haciendo cosas realmente buenas?”, añadió.
Si hay buena relación y si Rusia realmente está ayudándonos, ¿por qué alguien habría de ser sancionado, si se están haciendo cosas realmente buenas?”, dijo el nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump
El magnate neoyorquino consideró dos condiciones para levantar las citadas sanciones contra Moscú: la contribución de Rusia a la lucha antiterrorista y conseguir otros objetivos importantes para Washington.
Por otra parte, Trump afirmó estar listo para reunirse con el mandatario ruso, Vladimir Putin, una vez tome las riendas del país norteamericano.
“Entiendo que les apetecería reunirnos, está absolutamente bien para mí”, dijo el presidente electo estadounidense.
A su vez, el secretario de prensa de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, afirmó el pasado lunes que un encuentro entre Putin y Trump será posible solo después de que el nuevo presidente pase a ocupar el Despacho Oval en la Casa Blanca el próximo 20 de enero, a cuya ceremonia ha sido invitado el embajador de Rusia en EE.UU., Serguei Kisliak, como representante del país euroasiático.
Desde un principio, el magnate inmobiliario estadounidense se manifestó partidario de fortalecer las cooperaciones con Rusia. Por su parte, el presidente ruso ha dado luz verde a una mejora de las relaciones con Estados Unidos bajo el Gobierno de Trump, afirmando su disposición a reunirse con él “en cualquier momento”.
La misma jornada del viernes, el servicio de prensa de la Casa Blanca comunicó que Obama extendió por un año más las sanciones impuestas a Rusia en marzo de 2014 por el supuesto papel de Moscú en la crisis de Ucrania, algo que ha rechazado el Kremlin en reiteradas ocasiones.
“Las acciones y las políticas a las que responde este decreto siguen representando una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de EE.UU.”, se lee en una nota que remitió Obama al Congreso estadounidense.
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